Diversas organizaciones mexicanas y extranjeras incurren con frecuencia en prácticas de discriminación al interior de sus centros de trabajo manteniendo a mujeres y otros grupos vulnerables apartados de sus actividades y limitando su desarrollo.
La discriminación por causas de género, origen étnico, estado de salud, creencias religiosas o características físicas continúa siendo una práctica recurrente en el mundo corporativo y erradicarlo es una tarea en la que los sectores público y privado sin duda necesitan trabajar de la mano.
Es por ello que recientemente se ha presentado la Norma Mexicana en Igualdad Laboral y No Discriminación, que constituye un esfuerzo por parte del gobierno mexicano para reconocer y certificar a aquellas compañías que han integrado prácticas de inclusión en sus procesos de atracción y retención de talento, así como políticas que promuevan el desarrollo de los grupos vulnerables.
¿Qué es una NMX?
Las NMX son un mecanismo elaborado por un organismo nacional de normalización o la Secretaría de Economía (SE) bajo los términos de la Ley Federal de Metrología y Normalización (LFMN) buscando preveer reglas, especificaciones, atributos, métodos de prueba, directrices, características o prescripciones que son aplicables a un producto, proceso, servicio o método de producción, así como lo relativo a la terminología simbología o etiquetado de los mismos.
¿Para qué sirve?
Más que un sistema de regulación y certificación, este instrumento en particular constituye una oportunidad y una invitación para que las empresas opten por iniciarse o seguir creciendo como centros de trabajo incluyentes bajo cuatro principios fundamentales:
1. El empleo digno
2. La accesibilidad arquitectónica
3. El acceso a los bienes y recursos institucionales
4. La comunicación de las oportunidades de manera equitativa para todo el personal, sin pasar por alto el tema de la formación y capacitación en sus áreas de trabajo.
Al certificarse en Igualdad laboral y no discriminación, los centros de trabajo podrán podrán ratificar su compromiso con la sociedad al respetar los derechos laborales de su personal y promover buenas prácticas con proveedores, actores clave y personas beneficiarias, impactando positivamente a lo largo de toda su cadena de valor y fortaleciendo los vínculos con sus grupos de interés.
Además, podrán reafirmar su compromiso con el personal al contar con prácticas laborales que facilitan el equilibrio entre su vida laboral, familiar y personal fortaleciendo el vínculo con sus colaboradores e incrementando su nivel de compromiso con los valores de la organización, consolidando una cultura de confianza y respeto a la diversidad.
