Las empresas de todas las industrias están mejorando los derechos humanos en el lugar de trabajo, con beneficios para los trabajadores, las empresas y las comunidades. Una nueva investigación sobre derechos humanos y empresas ofrece una perspectiva para las pymes que están a punto de embarcarse en el proceso.
El respaldo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU
Durante la última década, se ha visto un aumento notable en el valor que se otorga a los derechos humanos y empresas en el sector privado, desde un escenario en el que las ambiciones de la comunidad empresarial y los defensores de los derechos humanos parecían irreconciliables, hasta un escenario en el que las partes interesadas han comenzado a abordar el problema comprendiendo los riesgos, desafíos y oportunidades involucradas. El respaldo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU a los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos en 2011, resultado de un largo proceso de consulta entre empresas, activistas, gobiernos y otros, todavía representa el avance más histórico en el campo de derechos humanos y empresas hasta la fecha.
Sin embargo, a pesar del extraordinario avance logrado en los últimos años cuando se trata de derechos humanos y empresas continúan existiendo desafíos y amenazas a los derechos humanos, algunos desde hace mucho tiempo, otros más recientes. En los últimos años, las empresas, más específicamente las empresas de tecnología, tienen una influencia cada vez mayor en casi todos los ámbitos de la vida humana. Son propietarios y gestionan las plataformas a través de las cuales nos comunicamos, organizamos y conocemos, y administramos muchos servicios anteriormente públicos, incluidos servicios de salud.
En consecuencia, las decisiones que toman las empresas están teniendo efectos cada vez más amplios en los derechos humanos, desde la libertad de expresión hasta la privacidad y la seguridad.
En el lado positivo, muchos en la comunidad empresarial están más enfocados en la necesidad de integrar los principios de derechos humanos en sus actividades. Empresas del sector de la hostelería y la construcción se han sumado a la lucha contra la trata de personas. Las empresas de la industria de la confección participan activamente en la mejora de las malas condiciones de trabajo en las cadenas de suministro mundiales. Las empresas agrícolas y de alimentos están trabajando para eliminar permanentemente el trabajo infantil y las compañías de servicios financieros están duplicando sus esfuerzos para comprender mejor su papel como inversionistas para abordar y mitigar estos riesgos. Eso habla de que hay mejora cuando se trata de derechos humanos y empresas.
Muchas empresas ven, con razón, esa integración como una fuente de oportunidad, lo que les permite atraer y retener empleados, consumidores e inversores. Aunque la aplicación mejorada de las normas de derechos humanos en el lugar de trabajo trae beneficios, esto también debe verse como un imperativo comercial. Los impactos negativos de las malas prácticas de derechos humanos y empresas se muestran en forma de riesgos reputacionales, financieros, operativos o incluso legales. Además, las comunidades locales donde operan las empresas y sus subsidiarias también se ven afectadas negativamente, al igual que los empleados y los consumidores.
Encuesta sobre derechos humanos y empresas
Aunque las grandes empresas tienen más recursos para realizar los cambios necesarios para mejorar sus estándares de derechos humanos, las pequeñas y medianas empresas (PYMES) pueden encontrar dificultades mucho mayores al iniciar el viaje de la intención a la acción. Para obtener información sobre este viaje, Business Call to Action, en asociación con la organización sin fines de lucro BSR, realizó entrevistas en profundidad con siete líderes de Pymes que implementan iniciativas empresariales inclusivas en una amplia gama de industrias, incluida la agricultura, alimentos y bebidas, transporte y logística, servicios financieros, comunicación y tecnología de la información, fabricación, construcción y vivienda, y más.
Significativamente, los entrevistados no solo vieron los derechos humanos como importantes desde la perspectiva de evitar los impactos negativos mencionados, sino que muchos también reconocieron las oportunidades que existen para garantizar estándares altos de derechos humanos en sus productos, fuerza laboral y consumidores. Las ideas se han resumido en las seis mejores prácticas a continuación. Estas mejores prácticas, alineadas con los Principios Rectores de las Naciones Unidas, representan algunas formas concretas en que las Pymes pueden respetar e integrar los derechos humanos en sus operaciones comerciales:
Comprender los riesgos e impactos
- Identificar los riesgos e impactos de la empresa en materia de derechos humanos y conocer tu alcance de responsabilidad.
Educar a los empleados
- Asegurarse de que estén al tanto de los principios básicos de derechos humanos para que estén mejor preparados y puedan ayudar a integrarlos en el negocio.
Articular el compromiso
- Compartir públicamente el compromiso de la empresa con los derechos humanos a través de una política o declaración.
Incrustar los derechos humanos en el negocio
- Integrar los derechos humanos en los sistemas y procesos empresariales existentes
- Desarrollar el desarrollo de capacidades para el personal relevante.
Ser transparente
- Interactuar con las partes interesadas y los titulares de derechos pertinentes
- Informar públicamente sobre los avances y desafíos.
Proporcionar remedio
- Desarrollar un remedio apropiado donde la compañía haya causado o contribuido al daño.
Al seguir estos pasos, una empresa puede hacer avances significativos hacia la mejora de los estándares de derechos humanos en su cadena de valor, lo que puede tener efectos de seguimiento dramáticos en términos de satisfacción laboral de los empleados, apoyo comunitario y satisfacción del cliente.
Si queremos tener éxito en la promoción de los derechos humanos y empresas en todo el mundo, todos debemos compartir la responsabilidad de pasar de los compromisos a las acciones diarias impactantes. Debemos desafiarnos a nosotros mismos para evitar que ocurran condiciones abusivas. Las empresas deben estar preparadas para comprender sus impactos y trabajar con otros para integrar los derechos humanos en todo lo que hacen hasta que se conviertan en una realidad universal.