Ante el surgimiento de tendencias cada vez más responsables de consumo, algunas empresas han emprendido el camino fácil apostando por su poder para engañar a los consumidores a través de prácticas de comunicación poco éticas, como el abuso del lenguaje verde en su publicidad, o el uso del discurso feminista sin la implementación de prácticas de equidad de género al interior de su organización.
Para erradicar estas prácticas, es fundamental que tanto empresas como consumidores comprendan que el proceso para convertirse en una organización verdaderamente responsable es largo y complicado, y que requiere un compromiso constante y a profundidad con la reducción de impactos sociales y ambientales, antes de trasladar este argumento a materiales de comunicación.
Los consumidores deben estar muy alerta para identificar a aquellas compañías que han optado por maquillar su comportamiento en un desesperado esfuerzo por subirse a la ola responsable a través falsas acciones ecológicas o sociales, y para ello será necesario considerar las siguientes prácticas.
1. Palabras como verde o natural son conceptos sin una definición clara y confunden a los consumidores
2. La RSE es un tema voluntario, por lo que promover prácticas obligatorias como parte de ella es un esfuerzo por engañar a los consumidores.
3. Hacer uso del feminismo como herramienta de marketing sin comprometerse de fondo con la equidad de género.
4. Señalar todo un producto como verde porque tiene un atributo ecológico es incurrir en greenwashing.
5. Ostentar títulos como orgánico, sustentable o responsable sin tener las certificaciones correspondientes
6. Adoptar un compromiso responsable en materia de salud o inclusión sin considerar a tu público interno.