Las conversaciones de la ONU sobre el clima alcanzaron el sábado un hito cuando más de 200 países aprobaron el primer acuerdo en el que se solicita a todas las naciones sumar esfuerzos en la lucha contra el calentamiento global.
A continuación algunos elementos cruciales del convenio:
- Objetivo a largo plazo: El acuerdo se ha fijado como objetivo de largo plazo garantizar que el calentamiento global se mantenga «muy por debajo» de los dos grados Celsius y «emprender acciones» que limiten el aumento de la temperatura a 1.5 grados C.
Las temperaturas ya se han elevado alrededor de un grado centígrado en comparación con la época preindustrial. Para alcanzar la nueva meta, los gobiernos se comprometieron a frenar «cuanto antes» el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero, los cuales retienen el calor.
En alguna fecha después de 2050, las emisiones causadas por el hombre deben ser reducidas a niveles que los bosques y océanos puedan absorber, según el acuerdo.
- Objetivos sobre las emisiones: A fin de alcanzar el objetivo de largo plazo, los países acordaron fijarse cada cinco años metas nacionales para la reducción de gases de efecto invernadero.
Más de 180 países ya presentaron sus metas para el primer ciclo que comienza en 2020. Solamente los países desarrollados tienen previsto reducir sus emisiones en términos absolutos. Las naciones en desarrollo son «alentadas» a que hagan lo propio a medida que sus capacidades evolucionen con el tiempo.
Por lo pronto, en lo que llega 2020, sólo se espera de los países en desarrollo que controlen el aumento de sus emisiones mientras prosperan sus economías.
- Revisión de los objetivos: Los objetivos iniciales serán insuficientes para enfilar al mundo a lograr el objetivo de largo plazo sobre el nivel de aumento máximo de la temperatura. Así, en el acuerdo se les pide a los gobiernos que revisen sus metas en los próximos cuatro años y examinen si pueden «actualizarlas». No es obligatorio que profundicen sus reducciones.
Sin embargo, la expectativa es que podrán reducirlas si tienen a su disposición fuentes de energía renovable más eficaces y más asequibles.
- Transparencia: No hay sanciones contra los países que incumplan sus objetivos sobre emisiones. Sin embargo, el acuerdo prevé normas de transparencia que contribuirán a alentar a los países a que cumplan sus compromisos. Este fue uno de los puntos más difíciles de concertar, porque China solicitaba compromisos obligatorios más flexibles para las naciones en desarrollo.
De acuerdo al pacto, todos los países deben informar sobre sus emisiones y sus acciones para reducirlas. Sin embargo, prevé cierta «flexibilidad» para los países en desarrollo que «la necesiten».
- Recursos económicos: Según el acuerdo, los países ricos deben mantener su asistencia financiera a las naciones pobres para que éstas reduzcan sus emisiones y se adapten al cambio climático.
El convenio también alienta a otras naciones a que hagan aportaciones voluntarias. Esta asistencia allana el camino para que las economías emergentes como China hagan contribuciones aun cuando no están obligadas a hacerlo.
El acuerdo no prevé cantidades específicas. Sin embargo, las naciones ricas habían comprometido de antemano un financiamiento contra el cambio climático por 100,000 millones de dólares en los próximos años hasta 2020.
- Pérdidas y daños: En una victoria para las pequeñas naciones isleñas a las que amenaza el aumento de nivel del mar, el acuerdo incluye una sección en la que se reconoce «las pérdidas y los daños» vinculados con los desastres derivados del clima. Estados Unidos había objetado por mucho tiempo la inclusión del tema en el acuerdo, preocupado de enfrentar reclamos de indemnización por daños relacionados con fenómenos climáticos extremos.
A fin de cuentas el tema fue incluido, pero una nota al pie de página establece específicamente que las pérdidas y los daños no implican una responsabilidad ni son indemnizables.
Fuente: Dinero en Imagen