Seis mujeres aseguran que su participación dentro de las empresas y vida pública ha cambiado, gracias a que se ha entendido cuál es su rol. Su reto: mantenerse al frente.
Seis mujeres líderes en el sector público, privado, tecnológico y de emprendedurismo se dieron cita la tarde de este martes en el Foro Forbes 2014, para compartir sus experiencias sobre cómo han redefinido el poder desde sus diferentes industrias.
Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica; Angélica Fuentes, presidenta ejecutiva de Grupo Omnilife Angelissima; Gabriela Hernández, general counsel para América Latina de General Electric; Rosario Marín, socia y directora de Tú eres América y Marinela Servitje, presidenta de Siete Colores coincidieron en que la mejor forma de fomentar la equidad de género, no sólo en la vida empresarial, sino también en el núcleo familiar, es fomentando el trabajo en equipo en la familia y en la empresa, pues de esta manera de aprenderá del otro y se evitarán tabús.
Antes de comenzar la mesa de análisis “Las mujeres: redefiniendo el poder”, la moderadora María de Lourdes Dieck-Assad, decana de la EGADE Business School del ITESM, comentó: “les puedo asegurar que estas mujeres por su expertise y trayectoria pudieron haber estado en cualquiera de los otros paneles, en donde brilló la ausencia de la mujer. Pero, no hay problema, porque en este panel hablaremos de temas igual de trascendentales”.
A continuación, te presentamos la visión de estas mujeres líderes sobre la redefinición del poder, desde su sector.
Laura Chinchilla Miranda, expresidenta de la República de Costa Rica
En respuesta a la pregunta ¿Cuáles han sido esos fenómenos sociales y políticos que han llevado a la mujer a tomar decisiones y riesgos? La exmandataria del país centroamericano aseguró: “Podríamos hablar de muchos elementos que han abonado al crecimiento de la mujer. Pero me gustaría referirme a dos en especial: los éticos, que han generado en la sociedad, frente al tema de los derechos humanos y civiles, y por otro lado los de la eficiencia y de mercado”.
Chinchilla comentó que resultados de estudios muestran que las sociedades en donde se ha incorporado a la mujer en el mercado, la economía han mostrado grandes mejorías.
Asimismo, aseguró que aunque en la actualidad podemos apreciar un mayor liderazgo femenino en el área de la gerencia pública, pero en la de gerencia corporativa, aún queda camino por recorrer. “Hemos avanzado en muchas cosas, pero podríamos decir que estamos a mitad de camino. El problema fue que peleamos por estar ahí, pero se nos olvidó qué hacer cuando llegamos”, comentó.
Angélica Fuentes, presidenta ejecutiva de Grupo Omnilife Angelissima
La presidenta de Grupo Omnilife, pidió dejar los prejuicios de lado para impulsar la equidad de género. “No podemos seguir cayendo en prejuicios sobre el rol de género, para mí es importante aceptar que el cuidado de los vínculos con los demás, no sólo corresponde a las mujeres o a los hombres, sino a la humanidad”, comentó.
La directiva también pidió que para continuar con la equidad de género no se minimicen las aportaciones que también han hecho los hombres en la historia y generar climas empresariales óptimos para ambos géneros.
“Tenemos que transitar hacia el cambio de empresas creadas exclusivamente por hombres para hombres, para pasar a la creación de las empresas diseñadas por hombres y mujeres para ambos géneros. Los equipos generan una mayor rentabilidad a las empresas”
Gabriela Hernández Cardoso, general counsel para América Latina de General Electric
La ejecutiva habló sobre la diferencia de responsabilidades que existen entre los hombres y las mujeres, así como la ética del cuidado que deben tener las empresas para ambos géneros, temas que no son muy tratados. “Las mujeres y los hombres somos diferentes por la forma en que lideramos, pensamos y actuamos. No somos ni más ni menos inteligentes que ellos, somos iguales. Por ello, hay que reconocer, aceptar, diferenciar y divulgar al hombre, de la misma forma en que lo hacemos con las mujeres”. Además, Hernández Cardoso compartió una experiencia personal.
“Recuerdo que un jefe al que quiero y admiro una vez me dijo: ‘Nunca hay nada peor que una mujer que quiera ser hombre en una mesa de trabajo’, Así que, por lo tanto celebremos que somos diferentes”.
Finalmente, invitó a las empresas a trabajar con equipos integrados por hombres y mujeres, ya que eso les dará una mayor ventaja en la cadena de valor de su productividad.
Rosario Marin, socia y directora de Tú eres América
La directora de Tú eres América comenzó su participación apostando a la educación como característica principal para las mujeres que quieran asumir altos puestos ejecutivos: “uno de los factores que ha ayudado a que la mujer se desempeñe en las empresas y sectores que ha querido, ha sido gracias a la educación”.
Agregó que si la mujer “no está preparada, no va a tener éxito. Ya hemos entendido que necesitamos más educación, necesitamos estar más preparadas. Necesitamos a más mujeres preparadas para asumir el papel que van a desarrollar”.
Además, destacó cifras del rol de la mujer a nivel corporativo, en donde su participación en altos puestos ejecutivos se ubica por debajo del 4.8%, por ello considera importante impulsar la participación de las mujeres, no sólo por los hombres, sino por las mismas mujeres.
Marinela Servitje, presidenta Siete Colores
La presidenta de Siete Colores destacó la parte humanista de las empresas. “Es fundamental que a las personas se les vea como un elemento esencial de la producción”. Asimismo, destacó que su visión humanitaria ha sido heredada por su padre, mismo objetivo que han puesto en práctica en Bimbo.
“Hemos crecido con la idea cliché de que los hombres son para mandar y los mujeres para obedecer. Afortunadamente se han roto esos esquemas mentales de poco a poco y eso le debemos heredar a los niños y a las niñas. Fomentar que se trabaje en equipo”, agregó.
Al concluir su participación, dio un consejo a las mujeres: “Aliento a todas las jóvenes a que se den la oportunidad a que si las invitan a ser la número de una empresa, lo intenten. El no querer es un tabú que las propias mujeres nos hemos puesto. La culpa no la tienen los hombres, es de las mujeres que no quieren”
Fuente: Forbes