Nuestro presente y futuro requiere un cambio en las fuentes de energía que utilizamos, ya que la quema y la producción de combustibles fósiles son la fuente del 86% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Los cuales son los causantes del efecto invernadero y el calentamiento global, que nos han llevado a la crisis climática que vivimos en la actualidad y que amenaza nuestra supervivencia.
Por ello, los diferentes tipos de energías renovables han comenzado a llamar la atención de todos los sectores, ya que son inagotables y crecientemente competitivas. Algunos ejemplos son:
- Eólica: Energía generada por el viento mediante la utilización de turbinas eólicas.
- Solar: Energía generada por la luz y el calor del sol mediante la utilización de paneles solares.
- Hidroeléctrica: Energía generada por la fuerza del agua al mover turbinas en una central hidroeléctrica.
- Olamotriz: Energía generada por las olas del mar mediante la utilización de dispositivos oleohidráulicos.
- Biodiesel: Combustible renovable producido a partir de fuentes renovables, como aceites vegetales o grasas animales.
- Biomasa: Energía generada a partir de la combustión de material orgánico renovable, como madera, residuos agrícolas o residuos de la industria.
Además, muchas de ellas carecen de emisiones de GEI y tienen un mayor potencial de aprovechamiento, ya que además son abundantes. Asimismo, su uso en la industria está respaldado por los acuerdos climáticos de la ONU y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.