Desde el ingreso a la educación básica hasta la conclusión de la preparación profesional transcurren muchos desvelos, alegrías, frustraciones y varios años de esfuerzo constante; y la tarea no termina ahí, ya que las exigencias del mercado laboral demandan con frecuencia una actualización académica constante. Pero ¿puede realmente la este tipo de preparación garantizar por sí misma un excelente trabajo en el futuro?
El experto Christine Romans, autor del libro Inteligente es el nuevo rico: guía económica para millennials, asegura que cualidades como la integridad profesional y el compromiso se han convertido en activos verdaderamente valiosos para los empleadores e incluso llegan a considerarse más importantes que los títulos presentados por cada candidato con el fin de avalar sus conocimientos profesionales.
Algunas habilidades antiguamente consideradas menores, se han fortalecido notablemente hasta llegar a ser prioridad dentro de los departamentos de recursos humanos. «La dura verdad es que las empresas necesitan talento capaz tanto de colaborar en equipo, como de liderar una tarea. Estas habilidades son críticas y no se pueden certificar a través de títulos”, asegura el experto.
Pero ¿qué cualidades deben los profesionistas ofrecer a las compañías que han comenzado a priorizar los valores de la marca sobre los certificados institucionales?
1. Ética
Las empresas responsables buscan colaboradores que se comprometan de fondo con sus valores, los defiendan y vivan con base en ellos. Así que haz de la ética uno de tus mejores activos profesionales.
2. Actitud
Las aptitudes son valiosas pero no sustituyen a una excelente actitud. Procura mantenerte proactivo, aprende a trabajar en equipo y contribuye a generar un mejor ambiente laboral. Tus compañeros y tu propio estado de ánimo seguramente lo agradecerán.
3. Actividad
No te pierdas únicamente en los libros y procura mantenerte activo experimentando con cosas nuevas, recuerda que la teoría siempre es distinta a la práctica. Podrías llevarte muchas sorpresas en el camino.
4. Diversidad
Cada vez más empresas emprenden esfuerzos por integrar a distintos grupos vulnerables como parte de su plantilla de colaboradores. Acéptalo, comparte un espacio y mantén una buena actitud; recuerda que todos somos seres humanos y merecemos una oportunidad y mucho respeto por nuestras habilidades.
5. Credibilidad
Comprometerte de fondo con los valores de la marca y ser una persona incluyente no te servirá de nada si tu palabra carece de credibilidad, así que cuida esto no sólo como un activo laboral, sino como parte de tu día a día.
6. Reputación
Deja que tus acciones hablen más que tus palabras, actúa conforme a tus valores y permite que el resto se solucione con el tiempo. Construye todos los días una reputación que pueda hablar de ti los próximos diez o quince años.
7. Especialízate
Nadie, nadie quiere a las personas que lo saben todo, así que elige un camino, una especialidad, y aférrate a ello.
Coincido plenamente contigo, en el momento de las entrevistas sobresalen ciertas actitudes que dan mucho de qué hablar sobre quien aspira a conseguir un trabajo. Creo que es momento de que las personas comiencen a trabajar en sus «tarjetas de presentación» para que las adecuen coherentemente a quien en verdad son, es decir, que sean honestos.