De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a pesar de los esfuerzos en curso, la biodiversidad se está deteriorando en todo el planeta y se prevé que esta degradación empeore si no se toman medidas urgentes, como explica Corporate Knights.
En virtud de ello, la Conferencia sobre Diversidad Biológica de la ONU (COP15), celebrada en Montreal, Canada, ha convocado a los gobiernos de todo el mundo para establecer un plan ambicioso que contemple incluir a la naturaleza en las decisiones económicas, y garantice la relación armoniosa y necesaria con el medio ambiente.
7 formas de incluir a la naturaleza en las decisiones económicas
Si bien, no está claro si los miles de delegados reunidos en Montreal lograrán pactar un progreso ambicioso y medible, centrado en el cuidado a la biodiversidad y garantizar así el futuro para el planeta y las personas, estas son siete acciones con las que se puede incluir a la naturaleza en las decisiones financieras.
1. Exigir a todas las empresas que informen sobre su impacto en la naturaleza
Los gobiernos requieren informes financieros anuales, pero no hay un parámetro en el midan el «impacto en la naturaleza». Más de 330 empresas e instituciones financieras en 52 países han instado a los líderes mundiales a hacer esto obligatorio para 2030 y están presionando para que las autoridades lo acepten en la COP15.
Esto sería bueno pero no suficiente. Ya que es imperante que todas las compañías se vuelvan positivas para la naturaleza, lo que significa invertir más en áreas protegidas y de conservación. No obstante, el daño continuará mientras esto siga siendo voluntario y no existan tratados vinculantes.
2. Agregar un impuesto de economía circular a la mayoría de los productos
Desde 1970, a nivel mundial, el uso combustibles fósiles se ha más que duplicado, la extracción de biomasa casi triplicado; la de metales se ha cuadriplicado y la producción de plásticos se ha multiplicado por 11. En total, esto supone 100 mil millones de toneladas al año de materiales, unas 15 toneladas por persona. Toda esta extracción cobra su precio y solo el 8.6% de los materiales que utilizamos se reciclan.
Francia ha desarrollado una ley contra los residuos para una economía circular, incluido el principio de que quien crea un producto debe ser responsable de su desaparición. Ámsterdam tiene como objetivo reducir a la mitad la cantidad de nuevas materias primas que utiliza para 2030 y convertirse en una ciudad completamente circular para 2050.
3. Hacer del ecocidio un delito penal
Otra de las acciones para incluir a la naturaleza en las decisiones económicas debería ser la de establecer al ecocidio como delito penal. En concreto, ese concepto se refiere a cualquier acto ilícito o arbitrario perpetrado a sabiendas de que existen grandes probabilidades de daños graves, extensos o duraderos al medio ambiente.
La Unión Europea ha lanzado un estudio de viabilidad sobre el tema. Si los ejecutivos corporativos supieran que pueden ser llevados ante la Corte Penal Internacional en La Haya por crímenes contra la naturaleza, podrían pensarlo dos veces antes de aprobar otro asalto contra el medio ambiente.
4. Recompensar la custodia de las tierras
Hoy, solo el 15% de la tierra del mundo, el 15% de las aguas dulces y el 7% de nuestros océanos están protegidos. El objetivo de la COP15 es aumentar al 30% para 2030 y el 50% para 2050, por lo que queda un largo camino por recorrer.
Por lo que para lograrlo es reconocer el papel fundamental de los protectores de las tierras indígenas, y desarrollar más áreas protegidas y conservadas por estas comunidades. Pero, los propietarios privados también tienen un papel que desempeñar.
Si todos los propietarios con más de 1000 acres tuvieran que presentar un informe anual sobre su impacto en la naturaleza y obtuvieran un puntaje alto en iniciativas positivas que calificarán para una exención de impuestos como recompensa, se accionaría la defensa de la naturaleza en acciones concretas.
5. Detener los subsidios que destruyen a la naturaleza
Cada año, los gobiernos de todo el mundo otorgan US$ 700 mil millones en subsidios agrícolas, según un informe de 2019 de la Coalición para la Alimentación y el Uso de la Tierra, y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ha considerado que el 90% de esos subsidios son perjudiciales para la naturaleza.
También se dan 620 mil millones de dólares al año a la industria de los combustibles fósiles, 320 mil millones a la gestión dañina del agua, 155 mil millones a la silvicultura no sostenible y 35 mil millones a la pesca dañina, como lo indica un estudio de 2022 realizado por Earth Track. La eliminación gradual de estos subsidios debería ser lo mínimo que los países acuerden en las conversaciones de la COP15.
6. Las inversiones deben incluir a la naturaleza en las decisiones económicas
La Unión Europea ha desarrollado una taxonomía sostenible para informar a los banqueros e inversores qué actividades son perjudiciales para la naturaleza y el clima y cuáles no. Como todo, es vulnerable a la distorsión política, pero establece un principio esencial: trazar una línea en la arena que diga “aquí no inviertas”.
Si los gobiernos y los banqueros centrales realmente registraran los graves problemas en los que nos encontramos, trabajarian juntos para emitir una guía de crédito, advirtiendo a los bancos sobre la inversión en actividades incluidas en la lista roja y retirando privilegios como el seguro de depósitos y la asistencia del banco central a aquellos que ignoren la guía.
A propósito de esto, el banco central holandés, The Nederlandsche Bank, comenzó a considerar estas preocupaciones a través de su informe Endeudado con la naturaleza, que publicó en 2020.
7. Legislación más fuerte para proteger la naturaleza
Los objetivos son inútiles sin una legislación que los respalde; Canadá ha fallado en casi todos los objetivos de biodiversidad que se ha fijado. Es por la debilidad o ausencia de legislación que se sigue perjudicando a la naturaleza.
Las medidas voluntarias solo alcanzan a quienes están dispuestos a anteponer la naturaleza a las ganancias. Los gobiernos deben aprobar leyes más estrictas. Para Canadá, esto significa una ley fuerte sobre la naturaleza y la biodiversidad. Los activistas piden leyes similares en Australia, Gran Bretaña, la Unión Europea y otros lugares.
Para hacer realidad estos siete pasos, necesitamos un llamado resonante a la acción de los ciudadanos, las escuelas, las universidades, las empresas y los gobiernos locales. La COP15 es la oportunidad de mostrar liderazgo o dejar que la biodiversidad del planeta desaparezca.