La cultura incluyente es un pilar necesario para erradicar actos de discriminación dentro de la sociedad, en especial en los sectores educativos y laborales, pero que se pueden presentar de manera frecuente en la vida cotidiana.
Para alcanzarla se debe trabajar en los valores y actitudes para que se reconozcan y respeten las diferencias de etnia, género, orientación sexual, discapacidad, entre otras. Además, ayuda a propiciar que todas las personas formen parte de la convivencia social sin que ninguna se quede o se sienta excluida.
Estas son 7 prácticas que pueden ayudar a alcanzar una cultura incluyente dentro de las empresas.