Cualquier empresa que aspire a ser la mejor en su industria sabe que no sólo necesita encontrar a los mejores talentos, sino también conseguir que se comprometan de manera profunda con los valores y el propósito de la organización; claro que eso sólo es posible cuando el equipo de colaboradores está formado por personas que aman su trabajo y en ello, los reclutadores ponen especial atención.
La pérdida de un gran colaborador significa un golpe terrible para toda organización. Cada vez que uno de ellos parte, la empresa debe iniciar un nuevo proceso de búsqueda, selección y capacitación durante el cual, la incertidumbre sobre lo que sucederá invade a líderes y colaboradores que necesitan adaptarse y volver a generar vínculos de confianza; la transición suele ser difícil.
Por suerte las empresas ya se han dado cuenta de ello y han comenzado a generar esfuerzos que les permitan retener a sus mejores talentos de forma responsable conquistándolos con prácticas que, aunque con frecuencia pueden parecer realmente atractivas, muchas veces se encuentran alejadas de aquello que resulta verdaderamente importante. ¿Acaso es un tobogán más relevante que la forma en que tu compañía se preocupa por tu desarrollo profesional?
De ahí que en ocasiones, aquellos colaboradores que a simple vista podría parecer que lo tienen todo y están realmente enamorados de su trabajo, sorprendan a la organización con una carta de renuncia. ¿Qué ha sucedido con ellos?, a través de una publicación reciente en INC, Lolly Daskal, CEO de Lead From Within, responde a esta interrogante.
1. Estancamiento
Las personas llegan al trabajo todos los días a la misma hora y hacen actividades que muchas veces son idénticas a las que realizaron el día anterior. Esto los hace sentirse encerrados en un laberinto del que no pueden escapar fácilmente y la idea de pasar los próximos diez o quince años dentro de él comienza a resultar verdaderamente aterradora. Si no hay una escalera que subir, posiblemente es momento de buscar en otro espacio.
Es por ello que las organizaciones tienen la responsabilidad de ofrecer a sus colaboradores oportunidades de crecimiento que les permitan romper con ese ciclo de negatividad y los mantengan motivados para alcanzar su máximo nivel de productividad.
2. Desequilibrio
Claro que casi todos los trabajadores atraviesan por momentos en los que se siente abrumados, estresados o desmotivados; es un paquete de emociones que viene con casi todos los puestos de trabajo; sobre todo para los mejores talentos, en quienes con frecuencia descansa la carga más pesada de actividades y responsabilidades. Sin embargo, si estas emociones llegan constantemente en dosis mayores al reconocimiento, la satisfacción y la alegría de desarrollarse en un ambiente de trabajo sano y relajado, lo más probable es que incluso el talento más comprometido termine por decir adiós.
3. Ausencia de objetivos
No existe nada más frustrante que un espacio de trabajo lleno de grandes sueños, pero sin una traducción todo ello en un objetivo estratégico que los vuelva alcanzables y fácilmente medibles. Sin esa conexión no hay conversación que valga, los esfuerzos van en tantas direcciones que es complicado saber exactamente cuándo se llega al éxito y frente a ese nivel de frustración es seguro que el mejor de tus talentos va a marcharse. Las personas desean saber que trabajan con el objetivo de construir un impacto positivo en sus comunidades.
4. Falta de atención
Cuando una organización valora sus procesos y actividades más que a su personal, las personas seguramente desearán buscar un mejor espacio y dejar atrás a quienes no se preocupan por ellos; quienes se quedan posiblemente permanezcan apáticos y difícilmente buscarán innovación o crecimiento. El resultado es una cultura de bajo rendimiento, poca motivación e incluso problemas disciplinarios.
Claro que la productividad y las utilidades en una organización son importantes, pero el éxito depende, en última instancia de las personas que hacen que todo esto sea posible, así que ¿por qué no preocuparse por su bienestar y escuchar lo que tienen que decir?
5. Ausencia de reconocimiento
Incluso las personas que parecen más desinteresadas por el crédito de un trabajo bien realizado, se sienten satisfechas y motivadas cuando son recompensadas por un trabajo bien hecho. Eso es parte de lo que nos convierte en seres humanos, por lo que los líderes de las organizaciones deben conocer el valor que esto tiene para sus colaboradores.
6. Desconfianza
Quienes colaboran en una organización lo ven todo. Notan cuando uno de los trabajadores ha sido despedido de manera injusta, cuando el líder no valora el trabajo de un compañero, cuando miente y cuando maltrata a su personal; también notan cuando ha decidido engañar a un cliente o dar un mal servicio para proteger las ganancias de la organización o cuando contrata proveedores poco éticos. Si esto sucede, los talentos más responsables buscarán colaborar con una organización alineada con sus principios.
7. Exceso de jerarquía
Es verdad que toda organización necesita una estructura de liderazgo, pero si esta estructura afecta el desempeño de tus colaboradores es posible que necesiten echar un vistazo. Los mejores talentos tienen la necesidad de expresar constantemente sus grandes ideas y aunque saben que no están en posición de tomar decisiones, desean contar con la apertura de poner su experiencia al servicio de los objetivos de la organización a través de recomendaciones y puntos de vista que sean tomados en cuenta.
Muchas de las personas que abandonan su trabajo lo hacen a causa de un jefe que se siente amenazado por ello y al hacerlo incurre en prácticas poco éticas para intentar defender su nivel en la organización.