Un colaborador de Inc llamado Marcel Schwantes comenta que ha hablado con innumerables ejecutivos de cierto renombre para conocer y poder aprovechar sus estrategias de liderazgo. Y dice, debes asegurarte de lo siguiente:
- Promover buenos hábitos de trabajo a distancia, como fomentar el tiempo libre y adoptar un horario asincrónico.
- Desarrollar la inclusión en su programa de liderazgo y asegurar que su grupo de alto potencial sea diverso.
- Mostrar empatía y fomentar la seguridad psicológica en un ambiente de equipo.
Mientras que estos ejemplos muestran un buen liderazgo en tiempos inciertos, no podemos descuidar la otra cara de la moneda: las prácticas y comportamientos de liderazgo que pueden estar teniendo un efecto negativo en su fuerza de trabajo, haciendo que los tiempos tensos y estresantes sean insoportables.
Con ese fin, te dejamos siete hábitos de gestión negativa a los que prestar atención.
7 señales para identificar a un jefe con mal liderazgo
1. Descuidar el crecimiento de los empleados a lo largo de su trayectoria…
Según un nuevo estudio de la plataforma de programación en línea Doodle, el 49% de los empleados no sienten que están recibiendo suficiente entrenamiento, capacitación o asesoría para avanzar en sus carreras. Además, el 50% de los empleados dijo que sus carreras se han estancado o incluso han retrocedido.
Las organizaciones necesitan llevar la tutoría y el desarrollo de la carrera a la vanguardia de su estrategia corporativa, misión, valores y cultura.
2. La falta de respeto a los empleados
En una encuesta reciente realizada por ResumeLab sobre lo que hace que alguien sea un pésimo gerente, se encontró que un alarmante 72% de la población encuestada fue tratado de manera grosera o irrespetuosa por un mal jefe y al 90% no le gustó ese tipo de trato.
Además, casi el 70% de los encuestados fueron criticados frente a sus compañeros y el 83% se sintió mal por ello. Por último, y quizás el peor caso de todos, un sorprendente 42% de los jefes tóxicos culpó a otros por sus fracasos, lo que el 84% de los empleados considera injusto.
3. Tratar a la gente como abejas obreras
En una crisis, muchos trabajadores se ven obligados a cumplir los deseos de una cadena de mando estresada de arriba a abajo para poder impulsar el resultado final y hacer felices a los accionistas.
Por lo general, no se tiene en cuenta la felicidad o el bienestar de los empleados, que es lo contrario de lo que se quiere en estos días. En consecuencia, la vida personal o familiar de las personas se sacrifica por el trabajo porque el exceso de trabajo es común. Como resultado, te encontrarás con altos niveles de estrés, agotamiento y, en última instancia, la rotación de los empleados.
4. No poner a las personas primero
Mientras que muchos ejecutivos de RRHH han recortado las prestaciones de los empleados y han reducido los salarios, otros altos dirigentes con los que he hablado están adoptando un enfoque alternativo en respuesta a la pandemia al seguir invirtiendo en su gente.
Porque cuando cuidas de tu gente, ellos cuidarán de tus clientes. Y el resto se adaptará.
5. Incapacidad para comunicarse correctamente
De acuerdo con Schwantes, en su trabajo como coach de líderes, los problemas de comunicación son comunes. Se manda demasiada información, escasa información, mensajes erróneos.
Cualquiera que sea la forma en que se presente, la mala comunicación puede afectar la motivación del trabajo, desconectar a sus empleados e insatisfacer a sus clientes. Sea cual sea el caso, una cosa debe quedar clara:
La comunicación, ya sea interpersonal u organizacional, es una necesidad para el éxito.
6. Mandar en lugar de influenciar
Los líderes deben recordar que el liderazgo no es dictar, ordenar o imponer. Es estar al servicio de los demás… los empleados primero, los clientes después.
Influir significa facultar a otros para que logren sus objetivos, sacar lo mejor de las personas, poner sus necesidades por delante de las suyas (como líder) y ayudarles a desarrollarse. Los comportamientos que llevan a la influencia apuntan al carácter. Es lo que eres, no lo que haces. Es una elección, no un proceso prescrito o una lista de tareas.
7. La falta de integridad en la toma de decisiones
Cuando se toman decisiones cuestionables para obtener beneficios económicos o personales, los empleados lo saben. Y si lo saben, ya has perdido la batalla por el respeto. Pero si das el ejemplo y muestras integridad en tu toma de decisiones, eso dice mucho de ti… la persona. Quién eres como persona en relación con los demás determinará en última instancia tu nivel de éxito.
¿Has tenido o sido uno de estos líderes?