Las sequías intensas, escasez de agua, incendios graves, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas catastróficas y disminución de la biodiversidad son consecuencias del cambio climático que han afectado el bienestar del planeta y a todos los que habitan en él.
De acuerdo con la ONU, este afecta nuestra salud, la capacidad de cultivar alimentos, la vivienda, la seguridad y el trabajo, además de que cierta población es más vulnerables a los problemas ambientales derivados del mismo como las personas que viven en pequeñas naciones insulares y otros países en desarrollo.
Si no se actúa a tiempo, las consecuencias pueden ser aún más catastróficas de lo que ya son, por esto se ha hecho un llamado a las naciones, iniciativa privada y sociedad a hacer conciencia y actuar en pro del planeta.
La realidad es que existen soluciones con las que podríamos asegurar la convivencia de los 9 o 10 mil millones de habitantes para el año 2050, pero para ello se tiene que trabajar en conjunto y sobre todo hacer énfasis tanto en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como en la Responsabilidad Social Individual (RSI), pues cada acción cuenta.