La consigna «Cambio de sistema, no cambio climático» se ha convertido en un lema popular dentro del movimiento global de justicia climática, ganando fuerza debido a la imperiosa necesidad de reconocer que el actual sistema socioeconómico ha contribuido a la actual crisis climática y es esencial transformarlo, según Sustainability Advantage.
En este contexto, siete stakeholders piden acelerar acción climática y han alzado sus voces para exigir una transformación urgente del sistema. Estos stakeholders son actores clave en la toma de decisiones y en la configuración del rumbo de las acciones. Pero, ¿quiénes son exactamente y qué influencia tiene su mensaje frente a los desafíos actuales? ¡Te lo contamos!
Stakeholders piden acelerar acción climática
La creciente preocupación por los efectos del cambio climático subraya la necesidad urgente de identificar soluciones para promover el desarrollo sostenible. Investigadores han destacado la creciente incertidumbre ambiental en los últimos años, marcada por el aumento de las temperaturas, sequías, incendios más frecuentes, reducción de agua disponible para el consumo humano, precipitaciones intensas, inundaciones, disminución del rendimiento agrícola y aumento del nivel del mar.
Ante las consecuencias proyectadas que se espera que se intensifiquen en los próximos años, han surgido protestas globales demandando acciones más efectivas por parte de los líderes políticos para abordar el calentamiento global. Responder a este desafío ambiental implica la participación activa de diversos stakeholders. A continuación te mencionamos quiénes son y en qué radica el poder de su influencia.
7 stakeholders piden acelerar acción climática
1. Comunidad científica
Durante los últimos 28 años, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha generado informes alarmantes sobre las inminentes crisis relacionadas con el clima. Su informe «Calentamiento Global de 1.5˚C» de octubre pasado finalmente captó la atención mundial. Advertía que si no limitamos el calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales para el año 2100, el cambio climático representaría una amenaza existencial para la humanidad.
En este mes, la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), menos conocida, elaboró un informe que nos advierte que «un millón de especies de animales y plantas enfrentan ahora la extinción, muchas de ellas en cuestión de décadas, más que nunca en la historia de la humanidad… estamos erosionando los cimientos mismos de nuestras economías, medios de vida, seguridad alimentaria, salud y calidad de vida en todo el mundo». El cambio climático es uno de los culpables.
2. Madre naturaleza
Los huracanes, las inundaciones y los incendios forestales, que se han vuelto más severos y frecuentes debido al cambio climático, han aumentado la atención a las advertencias de los científicos. Hasta hace poco, la cobertura periodística de estos devastadores acontecimientos los trataba como incidentes aislados. Ahora, los informes de noticias están conectando su frecuencia y gravedad con el cambio climático que está ocurriendo en este momento. Cuando ocurren tormentas centenarias cada dos años, algo anda mal. El cambio climático no es un engaño. Es real y es una emergencia, como lo declaró el gobierno del Reino Unido este mes.
Los informes noticiosos señalan las causas profundas del cambio climático. A menudo, muestran gráficamente la contaminación industrial por parte de sectores intensivos en carbono. Ante el tribunal de la opinión pública, las empresas deben responder por sus daños. En los tribunales, algunas de las mayores empresas de petróleo y gas están siendo demandadas por ciudades, estados y niños por incitar conscientemente al cambio climático. Esta es una advertencia para otros grandes emisores y empresas en sus cadenas de valor.
3. Economistas
Los economistas han emitido llamadas de atención significativas a la comunidad empresarial en los últimos 14 años a través de los informes anuales de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial (WEF). Estos informes destacan que los factores ambientales y sociales son identificados como las amenazas más impactantes y probables para la economía global en la próxima década. Específicamente, se resalta la preocupación sobre dos elementos clave: los fenómenos meteorológicos extremos y la falta de mitigación y adaptación al cambio climático.
Es importante destacar que estas advertencias provienen del WEF, no del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), lo que resalta la relevancia y el peso que los economistas otorgan a estos riesgos. La razón detrás de esto es que la comunidad empresarial tiende a prestar una atención particular a las evaluaciones económicas, ya que estas influencian directamente las estrategias y decisiones corporativas.
4. Comunidad Financiera
El año pasado, el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD) emitió una declaración crucial señalando que los banqueros y aseguradoras necesitan comprender el alcance de las amenazas que el cambio climático representa para las empresas y cómo estas están respondiendo. En este sentido, instan a las empresas a divulgar voluntariamente información sobre sus riesgos, oportunidades e impactos financieros vinculados al clima. Esta transparencia se considera esencial para que los proveedores de capital tomen decisiones más informadas sobre la solidez crediticia de las empresas.
Es importante destacar que lo que interesa a los banqueros no pasa desapercibido para las corporaciones. Si los banqueros consideran relevante tomar medidas con respecto a la mitigación y adaptación al cambio climático, esta perspectiva se convierte en un aspecto importante para las empresas.
Ante la posibilidad de que el informe previo del IPBES (Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos) genere una continuación del TCFD, en este caso, un TBCD (Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Biodiversidad), las empresas podrían necesitar prepararse para otro conjunto de expectativas y revelaciones. Esto sugiere que las cuestiones de biodiversidad podrían ser el próximo foco de atención en términos de divulgaciones financieras y responsabilidad corporativa.
5. Inversores
Cada año, Larry Fink, CEO de BlackRock, envía una carta a los CEOs de empresas con acciones en la cartera de BlackRock, que gestiona activos por valor de 6 billones de dólares. En 2018, sorprendió al instar a las empresas a adoptar un propósito social. Argumentó que sin un propósito claro, las empresas perderían la confianza de partes interesadas clave y su licencia para operar.
Organizaciones de inversores similares, como Vanguard, State Street y CalSTRS, que manejan otros 15 billones de dólares en activos, han solicitado también a las empresas que ajusten sus estrategias para centrarse en un crecimiento a largo plazo que considerara sus interacciones con la sociedad.
Cuando los inversores respaldan modelos de negocio con un propósito, las empresas prestan atención y responden a la llamada de integrar objetivos sociales en sus estrategias.
6. Sociedad en general
La brecha entre los más ricos y los que tienen menos ha alcanzado un punto crítico. El 1% más adinerado posee más del 50% de la riqueza mundial, una situación insostenible. La gente está desesperada por transformar un sistema que ha permitido la codicia y la injusticia. Buscan soluciones y, a veces, eligen a líderes que prometen cambios, como Donald Trump, pero luego sienten que han sido engañados al vender esas promesas al mejor postor.
La sociedad está despertando ante los engaños políticos y busca soluciones integrales que aborden las amenazas ambientales, sociales y económicas. En Estados Unidos, se están eligiendo políticos que respaldan un Green New Deal inclusivo. En el Reino Unido, el Green New Deal Group busca desintoxicar la economía. Canadá anunció recientemente el Pacto por un Nuevo Acuerdo Verde. Los partidos considerados marginales, como los Verdes, están ganando terreno.
El panorama político está cambiando con una ola de coaliciones de base que exigen a los políticos priorizar las necesidades de los votantes sobre los intereses de los financiadores adinerados. Se busca reemplazar la burocracia con un enfoque más sólido en la protección del medio ambiente y la sociedad. Es crucial respaldar las promesas con acciones, ya que las medidas voluntarias han demostrado ser insuficientes. Es el momento de estar listos para luchar contra la crisis climática, lo que nos lleva a la llamada de atención comodín, la más emocionante de todas.
7. Greta Thunberg y movimientos juveniles
Greta Thunberg, una joven activista, ha demostrado ser un guía valiente en la sostenibilidad ambiental. Su valiente serie de huelgas escolares los viernes, exigiendo una acción real del gobierno sueco sobre el cambio climático, encendió la chispa del activismo global. Greta entregó mensajes directos y contundentes a reuniones de líderes ricos y poderosos, desatando así un incendio global de movimientos juveniles, como las Huelgas Juveniles por el Clima, la Rebelión de Extinción, y otros esfuerzos por la justicia climática.
Estos grupos de jóvenes han acuñado de manera ingeniosa el lema «Cambio de sistema, no cambio climático». Comprenden la raíz del problema: la permisividad del sistema actual que tolera la contaminación, la destrucción de los ecosistemas y la injusticia social en nombre de un «progreso» que enriquece de manera obscena a unos pocos a expensas de muchos.
Influencia de las partes interesadas
La noticia de que 7 stakeholders están instando a acelerar la acción climática nos ha llevado a un punto crucial en el que un grupo influyente demanda un cambio de sistema. Este fenómeno, que Paul Hawken denomina «bendito malestar», es imparable. Los proyectos destinados a establecer un sistema más justo, equitativo y restaurador serán diversos.
Los stakeholders piden acelerar acción climática y representan una variedad de intereses y perspectivas. Las empresas deben tener en cuenta sus necesidades y preocupaciones al abordar la crisis climática y avanzar hacia prácticas más sostenibles.
En este contexto, las empresas se encuentran ante la decisión crucial de liderar, seguir o apartarse del camino. Iniciando acciones con respecto al cambio climático, las empresas deben adoptar medidas como la electrificación generalizada, la transición hacia energías renovables de bajo impacto y hacerlo de manera que contribuya a una sociedad ambientalmente restauradora, socialmente justa y económicamente inclusiva.