Adoptar una causa social como parte de la responsabilidad corporativa es una decisión que no puede dejarse al libre albedrío de algún ocurrente directivo, pues se trata de un asunto estratégico para las empresas.
Para facilitar esta tarea a las empresas, compartimos los siete pasos que les permitirán identificar con éxito una causa social a atender. La receta es de Martha Herrera, directora global de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de CEMEX.
1. Entender a la empresa
En primer lugar hay que entender el enfoque de la empresa y su área de operación. Todas las empresas tienen en ese ámbito una causa particular en la que encontrarán un terreno más fértil para sus acciones y programas, debido al expertise que les brinda su actuar.
2. Trabajo de campo
Realizar acercamientos con las comunidades donde la empresa opera es básico para detectar sus problemáticas y posibles soluciones. Hay que salir a la calle, ir con ellas y sentarse a escuchar; obviamente, el intercambio tiene que centrarse en ámbitos relacionados al enfoque que tiene la empresa. “Tenemos que acotar. Si nos sentamos a escuchar todas las problemáticas, no acabamos con los retos que hay allá afuera”, dice Herrera.
3. Cocrear soluciones
Ni toda la experiencia que pueda tener una empresa le da la capacidad para proponer una solución a cierta problemática detectada en las comunidades. La solución tiene que cocrearse en conjunto con las comunidades, pues son ellas las que mejor han identificado alternativas de solución a una problemática particular que enfrentan. “Ni con todo el expertise del mundo, las empresas podemos pretender que vamos a llegar a las comunidades e imponer una solución de bolsillo”, comenta.
4. Etapa piloto
Formulada la solución hay que llevar a cabo una fase piloto que permita realizar las adecuaciones y evaluaciones pertinentes, identificar elementos no previstos, impactos que se pensaron podían ser positivos y resultan negativos, etcétera. Ese proceso funciona para afinar el plan de acción a seguir.
5. Escalar y replicar
Luego de la etapa piloto se está en posibilidades de replicar el programa en otras comunidades del estado o el país así como de escalarlo, a través de la obtención de más recursos para llegar a más personas.
6. Sumar a otros
En este punto y con éxito probado se puede pensar en sumar aliados a la causa, que no sólo aporten recursos sino el conocimiento para continuar con la cocreación de soluciones.
7. Medición
Finalmente, la medición del impacto social obtenido deberá llevarse a cabo de manera constante y periódica, pues sólo así se podrá detectar si las metas y objetivos planteados se están cumpliendo o en caso contrario realizar las acciones necesarias para corregirlo.
Muchos son los retos que enfrentan, al interior de las empresas, los encargados de echar a andar proyectos de esta naturaleza; sin embargo Herrera sugiere no caer en la desesperación pues como cualquier proceso innovador “lleva tiempo” socializar la idea, planear el proyecto, conseguir opciones para pilotearlo y sumar las voluntades que se necesitan para arrancar el programa.
