En México se producen 390 mil toneladas de bolsas de plástico al año y su venta genera ganancias por 5 mil millones de pesos anuales. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) asegura que de ese total de bolsas que se elaboran en el país, 28% se distribuye en 38 cadenas de supermercados.
El resto, 72%, se comercializa entre almacenes de ropa y regalos, tiendas de conveniencia (Oxxo, 7-Eleven, Super City, etcétera) y otros pequeños negocios dedicados específicamente a la venta de bolsas al mayoreo, cuyos principales clientes son los comerciantes de mercados, tianguis y tiendas de abarrotes.
La Asociación Nacional de la Industria del Plástico (Anipac) señala que en la República Mexicana hay 332 empresas involucradas en este sector, entre productores y proveedores de materias primas, hasta los encargados de la manufactura y la distribución.
El director de Anipac, Alfredo López Machorro, informó que de ese universo, 25 empresas se dedican a la elaboración de bolsas de plástico. Además de éstas, unas 180 micro y pequeñas compañías elaboran empaques plásticos. Esta organización ha sostenido reuniones con legisladores y funcionarios de la Semarnat para manifestarse en contra de cualquier iniciativa o política pública encaminada a restringir el uso de las bolsas de plástico con el argumento de que no contaminan. Ellos responsabilizan a los municipios por el mal uso de los residuos, lo cual provoca daños al ambiente. Y, al igual que la Semarnat, piden no «satanizar» este tema.
El mercado biodegradable
La industria dedicada a la fabricación de bolsas biodegradables y recicladas es incipiente, pues se conocen al menos cinco grandes empresas que las elaboran como Winsnes México, Bamboorganic, Tecnologías para la Protección Ambiental, Tierra Natural y Plásticos Degradables.
Las bolsas biodegradables se elaboran a partir del almidón de soya, de papa, de maíz, bambú y caña. Su tiempo de degradación es de entre 90 y 180 días, tiempo después del cual se convierten en abono.
Las compañías que las elaboran ofrecen este tipo de bolsas a las empresas que las quieran distribuir, mismas que suelen usar su imagen corporativa impresa. Pero son más caras que las de plástico. El Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW) señala que el costo aproximado de cada bolsa varía dependiendo la cantidad que se compre. Si se hace un pedido de 100 bolsas biodegradables a los fabricantes, cada una tiene un costo de 60 pesos. En contraste, la Anipac informó que el costo de elaboración de una bolsa para supermercado varía entre los 15 y 22 centavos, dependiendo su color y tamaño.
Las amenazas a la industria
Álvaro Rodríguez, investigador del Centro de Biotecnología del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, informó, con base en datos del INEGI, que cada año las ganancias de la industria dedicada a la fabricación del plástico son de 5 mil millones de pesos al año.
Indicó que aunque la demanda de plásticos en el país se incrementó en los últimos 10 años a raíz de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en los últimos cinco años el sector ha resultado afectado por el incremento en el costo de la materia prima y el crecimiento de los productos importados.
El académico señaló que, incluso, algunas empresas consultoras han dicho a los industriales del plástico que otra de las amenazas para este ramo es «la tendencia a la conservación ambiental». Sin embargo, indicó que para los industriales del plástico, la fabricación de bolsas recicladas y biodegradables representa a la vez una nueva oportunidad de crecimiento.
Alfredo López Machorro, director de Anipac, consideró que la mejor alternativa es el reciclaje, pues de esta manera no se desperdicia la energía que se emplea en la elaboración de cada bolsa.
Dicen que no contaminan
El representante de Anipac consideró que las bolsas de plástico por sí mismas no representan un problema de contaminación ambiental porque estos materiales no producen sustancias tóxicas que puedan alterar los ecosistemas.
«Es falso que contaminen, nadie ha comprobado que emitan alguna sustancia dañina para la naturaleza», señaló López Machorro.
Informó que Anipac, junto con la Semarnat, realizarán un estudio sobre el ciclo de vida de las bolsas de plástico para que, en todo caso, se logre un mejor uso de ellas y se pueda racionalizar el consumo de energías no renovables como el petróleo.
Sobre las iniciativas de ley que a nivel mundial pretenden restringir la producción y distribución de bolsas de plástico, comentó que este tipo de medidas afectan a una industria que ya de por sí es amenazada por la economía informal y la importación del producto. Insistió en que las bolsas de plástico tienen muchas utilidades; con ellas, dijo, no sólo se transportan los productos del supermercado sino que además sirven para conservar alimentos.
Hechas de petróleo
De acuerdo con la empresa ABC-Packet, de lo que se extrae de petróleo a nivel mundial, sólo 5% se emplea para la fabricación de bolsas de plástico. La Anipac, en cambio, asegura que únicamente se utiliza el 0.5%.
Las bolsas del súper, conocidas entre los industriales como camisetas -por las asas que tienen-, están hechas con polietileno de alta densidad y pueden transportar hasta 12 kilos de productos. Las bolsas con polietileno de baja densidad se usan por lo regular para la conservación de alimentos, pues pueden congelarse. Hay otras hechas a base de polipropileno que se usan para contener harinas, galletas y pastas, porque este producto las protege de la humedad. Unas más están hechas con polietileno lineal y se usan para empaquetar pañales y productos a granel que son pesados. Ninguna de las bolsas de ese tipo es biodegradable.
El Universal, Primera Plana, Sociedad, p. 2-3