Espero, sinceramente, que este año sea decisivo para atacar de una vez por todas el Cambio Climático. También espero que los tratados que han firmado nuestros gobernantes se conviertan en acciones tangibles. No solo que las políticas públicas que todos podamos seguir al pie de la letra, sino que con conocimiento podamos llevar un modo de vida más sustentable. En este sentido, debo confesar que mi huella de carbono es alta, a pesar de que utilizo la bicicleta, diariamente, como mi medio principal de transporte.
Por ello para reducir mi huella, y motivarle –estimado lector- a través de este espacio, le presento mis 9 propósitos para este año para combatir el cambio climático. Debo resaltar que he consultado diferentes fuentes, prácticas, que son ofrecidas por distintas organizaciones ambientalistas como son: La Autoridad en Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés), una de las asociaciones pioneras en temas de medio ambiente Sierra Club, inclusive el gobierno de Canadá; con las cuales me enfoqué para desarrollar dichos propósitos. Además, diversas ligas estarán disponibles al final de este documento. Comencemos entonces:
1. Más ciclismo, menos auto. Si. Quienes me conocen saben que soy un apasionado por el ciclismo urbano. Diariamente me traslado por 40 kilómetros ida y vuelta, por lo que mi meta sería incrementar dicha distancia. Esta acción contribuye a absorber la huella que emito al momento de hacer otro tipo de actividades que impulsan una mayor huella de carbono.
En 2016 descargué la aplicación Biko -que es una comunidad de ciclistas que a través de los kilómetros recorridos se puede obtener descuentos, o indicar ciertos obstáculos-. No obstante, esta aplicación también cuenta con una función que me ha permitido registrar datos significativos, por ejemplo: en el periodo de uso recorrí 1291 kilómetros, lo que se transfiere en un ahorro de
167 kg de Dióxido de Carbono liberado a la atmósfera. Cabe señalar que no utilizo con mucha frecuencia esta aplicación, ya que mi preferida es Strava, con la que registro mi progreso. De tal manera que mi ahorro en CO2 puede ser mucho mayor si comparo los datos de ambas aplicaciones.
2. No más botellas plásticas. Puede ser un poco complicado ya que, si consideramos que México es el principal consumidor de botellas de plástico en el mundo, esto de acuerdo con un estudio de la firma PWC. Esta tarea será particularmente difícil, si México es uno de los países que más consumen agua embotellada, y me gustan los refrescos. Pese a ello, no me será complicado cargar con mi Thermo a todas partes. Esta sencilla acción también facilitaría que mi cuerpo deje de necesitar las azucares de los refrescos, mejorando mi salud.
3. No vuelos. Debo señalar que me gusta viajar. Pero este año, al querer disminuir mi huella de carbono, intentaré utilizar servicios de autobuses para zonas cercanas (incluso algunas lejanas), de tal forma que pueda disfrutar del paisaje o una buena lectura.
4. Menos TV o dispositivos electrónicos. Debido a que en México obtenemos energía, en un alto porcentaje a través de combustibles fósiles, la huella de carbono que producimos en el país es bastante alta. Por ello haré tres cosas para reducir, un poco, la huella que generamos en mi familia, estas son: una de ellas involucra menos horas de TV, menos horas para planchar, o para preparar el café; la segunda será utilizar completamente la batería de mis dispositivos móviles ya sea mi laptop, Tablet y Smartphone. La tercera acción será rodar con mi bicicleta aún más.
5. Comprar local. Es cierto que para transportar los alimentos y otros enseres requiere el uso de gasolina, diésel, o incluso gas natural. Por ello, en lugar de ir a los supermercados decidí ir a los mercados de barrio, o a las tiendas de barrio cercanos a mi casa o trabajo. Esto implica que el consumo de combustibles para el transporte será menor, así también apoyo la economía de los pequeños negocios. Incluso el llevarme mis propias bolsas ayuda disminuir el consumo de bolsas plásticas.
6. Más reciclaje. Sinceramente en mi casa y en la comunidad no se practica mucho el reciclaje, esto quizá por la poca motivación de las autoridades a la separación de basura. Además es común ver que la gente tira su basura en la calle a pesar de que existen contenedores para hacerlo adecuadamente. Es así que mi tarea será separar más los plásticos, el poli estireno, cartón y papel, además del agua de cada vez que lavo mi ropa.
7. Programa para compartir coche. Normalmente utilizo la plataforma Uber para salir los fines de semana, o cuando tengo una junta de negocios. Esto no implica que prefiera esta forma de transporte sobre la bicicleta. Pero si es importante resaltar que, cuando son más de 8 kilómetros y en altas horas de la noche, elegiría la opción para compartir mi camino con otros usuarios de Uberpool.
8. Huertos urbanos. Una de las maneras más relevantes para atacar el cambio climático es hacerlo en comunidad. De tal manera que buscaré con mis vecinos el crear un pequeño huerto de hortalizas para así utilizar desperdicios orgánicos y convertirlos en abono. Con esta propuesta, busco que más gente se involucre en el cuidado al medio ambiente a través de los alimentos que consume.
9. Unirse a una o varias organizaciones. Como he mencionado, no solamente con acciones individuales de debe combatir el cambio climático, sino con el apoyo de la comunidad. En este sentido, organizaciones como Greenpeace, el NRDC, Sierra Club, o el Fondo para la Defensa Ambiental (EDF por sus siglas en inglés) ofrecen oportunidad de tener conocimiento de primera mano para fortalecer nuestras acciones ante el cambio climático.
Es así que estas nueve acciones, o propósitos, que haré durante este 2017 se conviertan en un pequeño ejemplo, que le invito a seguir (en la medida de sus posibilidades) estimado lector. Para así poner nuestro grano de arena ante los cambios venideros.
Hugo Santillán
Hugo Santillán es consultor de comunicaciones externas. Cuenta con un máster en Ciencia medioambiental, tecnología y sociedad por parte de la Universidad de Glasgow, en Reino Unido. Es apasionado de la tecnología, las ciudades inteligentes y sustentables, y de la comunicación medioambiental.
