El desplome en la confianza del consumidor y la desaceleración económica experimentada durante la primera mitad del año provocó una notable merma en las expectativas de crecimiento de la tercera edición de El Buen Fin, al alcanzar un modesto crecimiento de ventas de un 8 por ciento, de acuerdo con expertos en economía; mientras que la Concanaco Servytur asegura que éste fue de 12 por ciento.
Estas cifras marcan una diferencia monetaria considerable en comparación con el 2012, donde las comercializaciones aumentaron hasta en un 36 por ciento, alcanzando una derrama económica de 150 millones de pesos.
Los esfuerzos del Gobierno Federal en estímulos adicionales como la bolsa de 250 millones de pesos destinados en un sorteo a los consumidores que realizaron sus compras con tarjetas de crédito o débito, tampoco resultó atractivo para los compradores ya que se estima que las ventas alcanzaron un total de 130 millones de pesos en todo el país, aún y con el reembolso de compra por hasta 10 mil pesos.
Esto, toda vez que la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señalara que en “el fin de semana más barato del año”, las compras con tarjeta de crédito ascenderían a 10 mil millones de pesos por concepto de meses sin intereses, cifra que representa 62 por ciento de la cartera total actual que es de 16 mil 185 mmdp bajo esta modalidad.
Pese al adelanto de aguinaldo para los burócratas, el desánimo respecto a El Buen Fin fue generalizado tanto en vendedores como en compradores, ya que este año los comercios no participaron como en ediciones anteriores. A lo señalado por Forbes en el 2011 participaron 226 mil empresas, en 2012 fueron 520 mil, mientras que en este año fueron 330 mil.
Aunado a lo anterior, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) dio a conocer la “lista negra” de las empresas que recibieron más denuncias durante El Buen Fin de 2012, por incumplir ofertas y difundir publicidad engañosa, donde la lista fue encabezada por la empresa Gamers Retail, seguida de Soriana, Sam´s Club, Suburbia, Sanborns y Volaris, que sumaron 98 denuncias.
Según la Profeco, del 2011 al 2012 las quejas por no respetar las promociones durante este fin de semana tuvo un incremento del 3.6 por ciento; mientras que en base a una encuesta, el 32.3 por ciento de los consumidores consideró que las ofertas eran mejores que las de 2011, 48.5 por ciento que eran iguales y 18.5 por ciento opinó que eran inferiores.
A pesar de que aún no se cuenta con el total de quejas de este 2013, en la edición 2012 del programa de ventas, la Profeco recibió 193 llamadas al teléfono del consumidor y 81 quejas con proceso conciliatorio, de las cuales 56 por ciento se resolvió a favor del consumidor.
Por otra parte Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, afirmó en Aristegui Noticas que el Gobierno Federal podría perder credibilidad entre los mercados y la sociedad al anunciar que pagará las cuentas del programa El Buen Fin, después de que los mexicanos pagarán más impuestos con una reforma hacendaria recaudatoria.
Coutiño, calificó el sorteo como un “programa de corte populista” y criticó el uso de 250 millones de pesos en el sorteo, pues, con dicha decisión, se genera una imagen de que las finanzas públicas no requieren más recursos, sino que el Gobierno necesita más dinero para financiar programas de gasto superfluo.
Además, el director de Unisys México, Francisco Ferrara, expuso en dicho portal de noticias que los fraudes electrónicos como clonación de tarjetas, robo de información o de identidad, entre otros actos ilícitos, representa en México un negocio de alrededor de 900 millones de dólares anuales.
El especialista en seguridad informática explicó que tan sólo en la edición 2012 de dicho programa comercial, 22 por ciento de los internautas en México realizó una compra online, de los cuales el 68 por ciento pagaron con tarjetas de crédito y 32 por ciento a través de PayPal.
En este sentido, el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas (IMEF), Victor Manuel González Olivares destacó que los mexicanos no han aprendido a consumir responsablemente, ya que hay una casi nula educación financiera en el país, puesto que los consumidores tienden a sobrepasar su capacidad de endeudamiento en la mayoría de sus compras.
Mencionó que pese a que este programa, tiene un impacto positivo en la detonación económica del país, las compras a crédito genera que los usuarios “pierdan el piso” a la hora de adquirir sus productos y terminan pagando el doble en los “famosos pagos chiquitos”.
Afirmó que las campañas de la Profeco, Condusef y otras instituciones que advierten sobre el consumo responsable en El Buen Fin han quedado insuficientes para acortar el nivel de endeudamiento que adquieren los consumidores, ya que en el 95 por ciento de ellos, rebasa sus capacidades.
De ahí el desplome en la confianza del consumidor, donde el INEGI señala que en octubre del 2013, cayó 3.97 por ciento, en relación al mismo mes del año previo, al pasar de 94.1 a 91.2 puntos.
Referente al endeudamiento, González Olivares dijo que otro elemento a considerar es que gran parte de los consumidores siguen pagando los productos adquiridos en El Buen Fin anterior, en las ofertas de 12, 18 y hasta 24 meses sin intereses, en donde a decir de presidente del IMEF los gastos se hacen en productos que no son estrictamente necesarios.
Aunado a ello, la mayoría de las personas tiene más impuestos en la mente, luego de aprobarse en lo general la reforma financiera.
Cabe mencionar que los productos más comprados durante las tres emisiones de El Buen Fin han sido ropa y calzado con un 42.8 por ciento de las adquisiciones, seguidos de aparatos electrónicos con un porcentaje de venta de un 14.2 y 21.7 por ciento respectivamente, mientras que para alimentos y bebidas las personas destinaron el 12.5 y 15.1 por ciento de sus compras.