General Motors Co. nombró a su jefa de producto, Mary Barra, como la próxima presidenta ejecutiva de la compañía, y derribó una barrera de género que llevaba un siglo en una industria ultraconservadora, a la vez que se inclinó por una veterana de la empresa que se crió inmersa en la cultura automotriz de Detroit, y que escaló a través de sus rangos.
Barra sucederá a Dan Akerson como presidente ejecutivo el mes próximo y se convertirá en la primera mujer que dirija una de las mayores automotrices globales. La ejecutiva, de 51 años, se sumó a GM hace 33 años como practicante y luego llegó a ser jefa de ingeniería y de la planta de ensamblaje más grande de la empresa. Adquirió experiencia global en la dirección de recursos humanos y recientemente en el grupo de desarrollo de producto.
Barra se convertirá en la vigesimosegunda mujer en dirigir una empresa de la lista de las 500 más grandes de la revista Fortune.
Con la designación de Barra, GM se convierte en la mayor empresa por ingresos en ser dirigida por una mujer. El segundo fabricante mundial de automóviles por ventas registró US$152.000 millones en ingresos el año pasado. En general, sólo 4,2% de los presidentes ejecutivos de las empresas que integran la lista Fortune 500 son mujeres, según Catalyst Inc., una organización sin ánimo de lucro que sigue de cerca el progreso de las mujeres en cargos ejecutivos.
Con el nombramiento de Barra, GM reestructuró su cúpula ejecutiva, y otra vez escindió el rol de presidente ejecutivo y presidente de la junta, además de nombrar al jefe de finanzas Dan Ammann a un nuevo puesto de presidente, desde donde supervisará las operaciones globales de la firma. GM también designó al ex ejecutivo de Cummins Inc. y actual miembro del directorio, Theodore «Tim» Solso, como presidente de la junta directiva.
Barra empezó a llamar la atención como posible candidata a la presidencia ejecutiva después de que Akerson la trasladara del departamento de recursos humanos, que usualmente no ofrece posibilidades de crecimiento laboral, a la división de desarrollo de producto y logística a nivel global. El cambio en 2010 fue un punto de inflexión para una industria que ha estado rezagada en el ascenso de mujeres a la cúpula.
Akerson dijo que en su cargo más reciente como jefa de desarrollo de productos y compras, Barra había llevado orden a algo caótico a través de una amplia organización global de ingeniería de vehículos.
Madre de dos hijos, Barra presionó a los ingenieros de la automotriz para que vieran los vehículos de GM de la misma forma que los clientes. En ese sentido, representó un cambio drástico frente a los antiguos zares de productos de GM, en particular, su predecesor inmediato, Bob Lutz, un veterano de la industria al que le encantaba ser el centro de atención y se jactaba de fabricar autos que le gustaban a él.
A mediados de 2012, Joe Serra, dueño de una cadena de concesionarios que incluye cuatro marcas de GM, recibió una petición poco usual: Barra quería que su equipo de ingenieros pasara un día en el concesionario de Michigan.
«Vinieron a ver cómo teníamos sus productos en exhibición, cómo los promocionábamos», señaló Serra. «Quería que su equipo viera el negocio desde nuestra perspectiva. Nunca había tenido una petición semejante», añadió.
La ejecutiva heredará una empresa que se ha recuperado de su humillante bancarrota en 2009 financiada por el gobierno, pero todavía se enfrenta a importantes desafíos. Los márgenes de ganancias en América del Norte están rezagados frente a los de su rival Ford Motor Co., que se reestructuró durante la recesión sin un rescate del gobierno. Competidores globales como Volkswagen AG, de Alemania, y Toyota Motor Corp., de Japón, también tiene buenos recursos para desafiar a GM en China, el sudeste de Asia, América del Sur y otros mercados en crecimiento.
En una entrevista reciente, Barra dijo que sentía una responsabilidad por de cerrar prácticamente la totalidad de la brecha entre el objetivo de Akerson de un margen operativo de 10% y el margen de 6% que GM tenía en ese momento. La ejecutiva no estuvo disponible para comentar el martes.
En un punto, GM perdía hasta US$1.000 millones al año parando e iniciando proyectos de desarrollo de vehículos, dijo Barra. Una de sus primeras decisiones como jefa de desarrollo de productos, fue reducir a la mitad el número de ingenieros jefe a cargo de programas de vehículos nuevos.
«Siempre pensé que si iba a haber una mujer en la presidencia ejecutiva sería Mary Barra», dijo Lutz el martes. «Ahora deberá mantener el impulso. Cuenta con un equipo excelente pero no puede sacar el pie del acelerador».
Fuente: La Nación.
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