Por primera vez, parejas del mismo sexo pudieron casarse fuera del DF gracias a amparos, al tiempo que se discuten más reformas en este tema
Tres años después de que se legalizara el matrimonio entre personas del mismo sexo en el Distrito Federal, parejas homosexuales por primera vez pudieron casarse fuera de la capital mexicana gracias a amparos, al tiempo que algunos estados aprobaron figuras legales similares para permitir las uniones gay.
Para algunos activistas, estos hechos reflejan que 2013 tuvo un «saldo positivo» para la comunidad homosexual.
«El matrimonio igualitario se ha convertido en los últimos años en el tema número uno en la agenda del movimiento gay», dijo en entrevista el activista Enrique Torremolina.
Durante el año, amparos permitieron que al menos cinco parejas homosexuales se casaran fuera del DF, hasta ahora la única entidad del país donde es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo. Los enlaces se realizaron en Oaxaca (dos), Yucatán (uno), Chihuahua (uno) y Jalisco (uno).
Además, al menos otras 12 parejas más están a la espera de una resolución judicial o ya la obtuvieron pero aún no concretan enlace.
El activista Luis Guzmán, integrante del colectivo homosexual Codise, con sede en Guadalajara, consideró que en 2013 la comunidad gay consiguió lo que no se había logrado en más de tres años, desde que en 2010 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró válida la reforma al Código Civil del DF que permitió los matrimonios entre personas del mismo sexo.
«Hemos demostrado que existen mecanismos mediante los cuales los ciudadanos y las ciudadanas pueden acceder a sus derechos sin pasar necesariamente por los congresos. Se sienta un precedente importante en esta materia», dijo Alex Ali Méndez Díaz, coordinador de diferentes colectivos gay en México y abogado de las tres primeras parejas que obtuvieron un amparo para casarse.
En diciembre de 2009, el DF redefinió su concepto de matrimonio como la «unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida». La reforma entró en vigor en marzo de 2010 y permitió que en su primer año de vigencia se casaran 700 parejas del mismo sexo y que dos mujeres fueran las primeras en adoptar un niño.
Antes, en 2007, Coahuila reformó su Código Civil y creó el pacto civil de solidaridad, lo que permite a personas del mismo sexo compartir derechos legales mediante un contrato.
Las reformas locales
Los amparos a favor del matrimonio gay en los estados tuvieron un antecedente en 2011, en el estado de Quintana Roo.
A finales de ese año, dos parejas del mismo sexo se casaron en el municipio de Lázaro Cárdenas, argumentando que el Código Civil indica que el matrimonio se integra por «personas» o «cónyuges», sin indicar su género como en otros estados.
«Fue un caso curioso», consideró Torremolina, quien atribuyó el hecho a una omisión de los legisladores locales.
En los últimos tres años, además, algunos congresos estatales han iniciado la discusión de reformas para permitir las uniones entre personas del mismo sexo.
Durante 2013, esos debates tuvieron resultado en Jalisco y Colima, donde se aprobaron figuras legales que dan derechos a las parejas gay que decidan unirse, ya sea mediante un contrato o a través de una relación conyugal.
En Colima, el primer matrimonio gay se llevó a cabo en febrero de 2013, antes de la modificación al Código Civil. La unión entre dos varones se celebró en el municipio de Cuauhtémoc, luego de que las autoridades locales, basadas en el principio constitucional de la no discriminación, realizaron el enlace civil.
Seis meses después, en agosto, se publicó la reforma con la que se creó la figura de «enlaces conyugales».
En Jalisco, considerado un estado conservador, cuna del mariachi y la charrería símbolos de la «hombría» del mexicano, se aprobó una Ley de Libre Convivencia que permite a las personas del mismo sexo tener derechos y obligaciones similares al de un matrimonio heterosexual.
Los debates pendientes
La discusión sobre el matrimonio gay llegó a finales de este año al Congreso de la Unión, donde los senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de izquierda, presentaron una iniciativa de reforma al Código Civil Federal para que ese tipo de uniones se reconozca en todo el país.
El tema todavía no es analizado en comisiones, aunque legisladores del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), primera fuerza en ambas cámaras, se han declarado abiertos a debatirlo.
Las parejas gay, mientras tanto, libran otras batallas por sus derechos. En mayo, atendiendo una resolución del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) anunció que reconocerá a los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Hasta entonces, el ISSSTE se había negado a reconocer sus derechos, argumentando que sus reglamentos solamente reconocen a matrimonios heterosexuales.
La Secretaría de Turismo, por otra parte, comenzó en octubre una campaña en redes para promover el turismo gay, en tanto operadores turísticos consideran que existe un «incipiente pero próspero» negocio de bodas y lunas de miel en este sector, principalmente en destinos de playa mexicanos.
A nivel internacional, el papa Francisco, líder mundial de la Iglesia católica, opositora al matrimonio entre personas del mismo sexo, envió señales de flexibilidad al declarar que él no juzga a los homosexuales y que éstos no deben ser marginados de la sociedad.
El Vaticano, además, inició este año una consulta a sacerdotes y obispos de todo el mundo para conocer su postura respecto al matrimonio homosexual, el divorcio y la anticoncepción, de cara a una reunión de religiosos en 2014 para discutir las enseñanzas de la Iglesia católica vinculada a asuntos familiares.