El verde se ha puesto de moda. Programas, productos y servicios, todos bajo una misma bandera, la de la sustentabilidad, palabra mágica que define las prácticas que en estos momentos, y a nivel mundial, se entienden como políticamente correctas.
Surgen, así, lo mismo hipotecas verdes que programas dirigidos a cuidar el medio ambiente, desarrollados por importantes firmas cementeras, acereras o fabricantes de tubos o tinacos.
Surgen, así, lo mismo un programa para sembrar arbolitos, dirigido a sembrar una cultura verde entre los niños, que programas gubernamentales de gran alcance, que buscan reducir las emisiones contaminantes, sea reinventando los procesos productivos de sectores industriales o regulando la circulación de los vehículos.
El Economista, Suplemento Construcción,