Por Antonio Vives
En rankings de sostenibilidad Coca Cola es clasificada la posición 14 en el ranking de CR Best Corporate Citizen de las mejores 100 empresas en EEUU, pero no está en el Dow Jones Sustainability Index. PepsiCo está calificada como 22 pero si está incluida. Una empresa sale un índice pero se mantiene en otro. BP antes de la catástrofe del Golfo de México estaba en varios índices de sostenibilidad. ¿Tiene todo esto sentido?
El 18 de diciembre se lanzaron los principios para la elaboración de calificaciones de sostenibilidad por parte de la Iniciativa Global para las Calificaciones de Sostenibilidad (Global Initiative for Sustainability Ratings, GISR), iniciativa poco conocida en los países de habla hispana.
¿Qué son estos Principios y como pueden mejorar la situación?
En este artículo usaré el nombre de sostenibilidad porque es el nombre más común en la industria de los ratings, aunque es sinónimo de RSE. También me referiré a los ratings como expresión numérica de la sostenibilidad, que si se decide colocarlos en algún orden con el deseo de clasificar las empresas, constituye el ranking. Los rankings son más comunes para efectos de divulgación comparativa, sobre todo en medios de comunicación masiva (es más sexy, mas noticioso), en tanto que para el uso de inversionistas responsables o la confección de índices de sostenibilidad lo que se usa es el rating, que es lo importante.
¿Por qué surge el problema? Muy posiblemente se debe a que cada uno entiende por sostenibilidad algo diferente. Es obvio que es un concepto no homogéneo, no es férreo, es sumamente dúctil, pero lamentablemente en la mente popular y hasta en la de muchos especialistas sostenibilidad es sostenibilidad. No piensan que cada persona que usa el término quiere decir algo diferente. Es posible que, después de mucha discusión, varios expertos se pongan de acuerdo en cual debe ser su definición, pero es muy poco probable que se pongan de acuerdo en cómo medirla.
Si no puede haber acuerdo en cómo medirla, ¿cómo podemos usar los ratings en forma efectiva y consistente? Obviamente que hace falta poner algo de orden.
En el mundo anglosajón hay más de un centenar de agencias o instituciones de preparación de ratings de sostenibilidad, cada una con un metodología diferente (ver el reciente estudio Rate the Raters). Hay muy pocas en el resto de los países y de mi conocimiento no hay ninguna en los países de habla hispana (aunque la preparación de los índices de sostenibilidad en las bolsas de Sao Paulo y de México requieren hacer una calificación para determinar su inclusión o exclusión del índice).
Las instituciones o agencias más grandes y conocidas son las relacionados con los índices de sostenibilidad Dow Jones (hecho por RobecoSAM), FTSE4Good, MSCI ESG o las instituciones Inrate, Thomson Reuters y Oekom entre otras.
Cada una de las más de 100 instituciones usa una metodología propia (algunas usan combinaciones de calificaciones) con su correspondiente definición de sostenibilidad. La mayoría tienen a los inversionistas como objeto, unos pocos son para el público en general u otras instituciones. Algunas usan solo algunos aspectos o sectores (por ejemplo, cambio climático, agua, alimentos, productos farmacéuticos, etc.) otras usan combinaciones de indicadores (de diferente definición) sobre aspectos ambientales, sociales y de gobernanza. Las que usan estos indicadores suelen combinarlos de alguna manera para llegar a un “número”. Tienen implícita una importancia relativa de cada uno de los indicadores para la calificación final, les asignan valores relativos a los diferentes indicadores (Ver mi artículo Para qué sirven os índices de sostenibilidad y el articulo de José Angel Moreno Izquierdo, ¿Calificadores descalificados? donde llamaba la atención a estas contradicciones y pedía mayor transparencia, rigor y confiabilidad).
En un reciente estudio de GISR (que se comenta las adelante) se identificaron más de 500 aspectos y cerca de 3.000 indicadores de sostenibilidad, basados en 27 fuentes líderes. Bloomberg, que la principal fuente de información sobre sostenibilidad, recopila información sobre casi 1,000 indicadores de las empresas que cubre. No es de extrañar que sus combinaciones produzcan resultados diferentes.
A priori no se puede decir que algunas calificaciones no sean válidas, son sencillamente diferentes, algunas más completas que otras, algunas más rigurosas que otras. De hecho se podría llegar al extremo de decir que cada persona podría construir su propia calificación basada en los aspectos que considera más relevante y su importancia relativa. Lo cierto es que las calificaciones suelen producir resultados diferentes.
¿Cómo resolvemos, o por lo menos reducimos, la confusión? En el 2011 se creó la Iniciativa Global para las Calificaciones de Sostenibilidad (Global Initiative for Sustainability Ratings, GISR), bajo el liderazgo de Allen White, el mismo que co-fundó y lideró el Global Reporting Initiative, GRI, en 1997. Tengo el honor de ser miembro del Comité Director (Steering Committee).
El objetivo del GISR es la mejora en la confiabilidad de las calificaciones de sostenibilidad para el estímulo a inversión responsable e, indirectamente, a la responsabilidad de las empresas. Para ello desarrollará estándares para la elaboración de las calificaciones. El proyecto, en su forma actual, involucra tres etapas:
· Principios básicos que deben cumplir las calificaciones usadas en rankings e índices
· Aspectos que deben considerar (temas, tópicos)
· Indicadores que se deberían incluir para cuantificar, en la medida de los posible, el desempeño en los diferentes aspectos.
Cada una de las calificaciones podrá ser acreditada por instituciones independientes sobre su adherencia a los principios.
El 18 de diciembre se lanzaron los Principios. Estos principios pretenden asegurar la excelencia, credibilidad e integridad de las calificaciones. Los doce principios están divididos en dos grandes categorías: Proceso y Contenido.
PROCESO | |
Transparencia | Una calificación debe ser transparente para aquellos cuyas decisiones son afectadas por la aplicación de tal calificación. |
Imparcialidad | El diseño y aplicación de una calificación, cuyos principales usuarios sean externos a la organización, deben ser protegidos de la influencia indebida de la empresa calificada. |
Mejora continua | A través de la actualización continua, la calificación debe seguir e integrar los avances científicos y en técnicas de medición y en los aspectos e indicadores. |
Integración | El desarrollo de una calificación debe identificar e involucrar sistemáticamente a los stakeholders cuyas decisiones sean influenciadas por la calificación. |
Asegurabilidad | Una calificación debe ser diseñada para permitir el aseguramiento de su aplicación de los estándares GISR por parte de instituciones calificadas independientes. |
CONTENIDO | |
Materialidad | Una calificación debe evaluar el desempeño basado en aspectos de sostenibilidad relevantes para las decisiones de los stakeholders para los cuales está diseñado. |
Integralidad | La calificación de uno a más aspectos de sostenibilidad debe evaluar sistemáticamente los impactos sobre todas las formas de capital. |
Contexto de sostenibilidad | La calificación debe evaluar el rendimiento en el contexto de umbrales, límites y normas basadas en los avances científicos y/o de aceptación general sobre el bienestar humano y ecológico en el largo plazo. |
Horizonte de largo plazo | Una calificación debe permitir la evaluación de las perspectivas de largo plazo de la empresa al mismo tiempo que proporciona conocimientos sobre las consecuencias en el corto y mediano plazo que se alinean con el desempeño de largo plazo. |
Cadena de Valor | La calificación debe aplicarse a todas las partes de la cadena de valor de la empresa sobre la cual esta ejerce influencia significativa. |
Balance | La calificación debe utilizar una mezcla de técnicas de medición que capturen el desempeño pasado y futuro. |
Comparabilidad | La calificación debería permitir a los usuarios comparar el desempeño de la misma empresa a través del tiempo y con otras empresas en el mismo periodo |
La aplicación sistemática de estos principios en el diseño y determinación de las calificaciones de sostenibilidad debería mejorar su confiabilidad aunque no se pretende que las calificaciones llevada a cabo por diferentes instituciones produzcan los mismos resultados. No se pretende uniformidad, solo consistencia y confiabilidad. Muy posiblemente conduzcan a menor volatilidad y mayor comparabilidad entre calificaciones.
En los próximos años se desarrollaran los demás componentes de Aspectos e Indicadores.
Antonio Vives
Con un Ph.D. en Mercados Financieros de Carnegie Mellon University y con una trayectoria como profesor en 4 escuelas de negocios, Antonio Vives es actualmente catedrático y consultor en la Stanford University. Socio Principal de Cumpetere. Ex-Gerente de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo. Creador de las Conferencias Interamericanas sobre RSE. Autor de numerosos articulos y libros sobre RSE y del blog Cumpetere en español.