Por Corinna Acosta
El Superbowl es año con año el evento deportivo más importante y un fenómeno internacional, por lo que cientos de marcas en todo el mundo lo utilizan como espacio para difundir sus más creativos comerciales, muchos de los cuales incluso son producidos especialmente para la ocasión, por lo que no es de sorprender que en este contexto, la expectativa y la polémica surjan rápidamente en torno a algunos de ellos. Tal es el caso de un anuncio protagonizado por Scarlett Johansson, que además de numerosas críticas, también ha desencadenado su salida de Oxfam.
El controvertido comercial que pertenece a la marca SodaStream, ya ha dado la vuelta a las redes sociales dando paso una gran cantidad de comentarios respecto a la frase «Sorry Coke and Pepsi» que Johansson dice al final del mismo y que provocó su censura por parte de la cadena Fox Sports, la cual se negó a transmitirlo bajo el argumento de que significaba una crítica demasiado dura para la competencia. Sin embargo, el verdadero escándalo está muy lejos de las trincheras de la rivalidad corporativa, colocando sobre la mesa dudas sobre el compromiso social demostrado por la actriz en los últimos años y conduciendo a la renuncia de Johansson como embajadora mundial de Oxfam.
Una vez dado a conocer el nuevo rostro de SodaStream, las críticas no se hicieron esperar, ya que dicha compañía israelí se encuentra asentada en territorio ocupado palestino. El movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones, que busca sabotear el comercio que favorezca la presencia israelí en territorio palestino bajo el argumento de que incumple principios internacionales de derechos humanos, y se ha ganado la simpatía de Oxfam, solicitó a la organización cortar su lazo con la actriz. Sin embargo, fue la misma Scarlett quien se adelantó en dar a conocer respetuosamente su renuncia alegando «una diferencia fundamental de opinión» respecto al papel de la empresa en Cisjordania.
El pasado 30 de enero, Oxfam aceptó a través de un comunicado la decisión manifestada por la actriz de salir de las filas de sus embajadores, aunque su imagen aún aparece dentro de la página de internet de la organización junto a Minnie Driver, Kristin Davis, Colin Firth y otras figuras que brindan voz a sus actividades.
En un comunicado publicado por The Huffington Post, Johansson asegura que su intención nunca fue convertirse en la cara de un movimiento social o político, sino apoyar la cooperación económica y la interacción entre Israel y Palestina, labor a la cual considera que SodaStream contribuye a través de su papel empresarial.
La labor de la actriz como parte de Oxfam comenzó en 2004, al sumarse a la recaudación de fondos a favor de los afectados por el tsunami en el Océano Índico. Años después, se unió como embajadora participando activamente y ayudando a promover la lucha contra el calentamiento global y la pobreza, y contribuyendo con la educación de mujeres en zonas desfavorecidas. Como imagen de MANGO, en 2012 diseñó un bolso exclusivo para recaudar fondos destinados a la emergencia en Haití.
Si bien el escándalo alrededor del anuncio ha puesto en entredicho la responsabilidad social de la actriz dando pie a titulares que incluso aseguran que su renuncia a Oxfam se debió a intereses meramente económicos, la labor que ha desempeñado durante largos años como embajadora de la organización y que seguramente continuará realizando como parte de su propio compromiso social continúa siendo destacada ¿o será que hay que olvidar todo eso a causa de su diferencia de opinión con la organización?