Es el deber de cada compañía ética, preocuparse por los aspectos sociales y medioambientales. Así lo expone en la sección «Our Responsibility» la firma de joyería, Swarovski… y hoy, hace el oso.
Y lo decimos en términos literales; la marca de lujo ha diseñado una edición especial de tres osos polares en distintas posiciones, creados por el escultor y artista del cristal, Anton Hirzinger.
“Escogí los osos polares porque con el calentamiento global está acabando con ellos, y creo que debemos hacer algo; mi granito de arena como escultor, es crear estas piezas para mandar un mensaje a los clientes; tal vez en 50 años los seres humanos no los volvamos a ver más que en este cristal”.
Se trata de una forma muy sui generis de hacer marketing social, ya que la compañía no está donando nada, ejecutando acciones en su cadena de valor o alineándose a alguna causa en particular, simplemente está utilizando sus productos como un vehículo para lanzar un mensaje ambiental.