La Alianza por la Salud Alimentaria (ASA) demandó que se derogue el nuevo etiquetado frontal para alimentos y bebidas, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el pasado 14 de febrero, porque no cumple con las recomendaciones internacionales de salud y está hecho a la medida de la industria. Este, advirtió, promoverá la obesidad y diabetes, además de ser engañoso e incomprensible para la población.
Sobre este nuevo etiquetado, los integrantes de la Alianza recordaron que en la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la obesidad y la diabetes, se especifica que «el etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas debe comunicar información nutrimental clara a los consumidores y fomentar decisiones saludables entre estos».
Sin embargo, de acuerdo a un estudio realizado a estudiantes de Nutrición, por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) sólo el 1.8% pudo comprender las nuevas modificaciones de etiquetado frontal para alimentos y bebidas en su totalidad. Por lo que se concluyó que este etiquetado no ofrece información clara a los consumidores y tampoco fomenta «decisiones saludables entre estos», aseguraron integrantes de esta Alianza Nacional que agrupa a especialistas, investigadores y activistas de la sociedad civil.
Como muestra de la confusión que existe en la población, la ASA presentó un video en que se registra cómo la población mexicana no entiende este etiquetado y el engaño que representa para ellos, sobre todo en lo relacionado a contenido de azúcar.
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Para los especialistas, este nuevo etiquetado es engañoso, ya que señala que el criterio establecido para consumo diario de azúcar es de un total de 90 gramos (18 cucharadas cafeteras) muy por encima de los 50 gramos (10 cucharadas cafeteras) recomendados por la Organización Mundial de la Salud como máximo tolerable en todo un día para un adulto.
Recordaron que en este momento, la Organización Mundial de la Salud lleva una consulta pública a su propuesta de reducir su recomendación de ingesta máxima tolerable de 50 gramos a 25 gramos (5 cucharadas cafeteras).
Explicaron que el nuevo etiquetado frontal obligatorio va en contra de la propia Estrategia Nacional Contra la Obesidad y la Diabetes, lanzada por el gobierno federal hace unos meses, donde se establece que este etiquetado deberá informar sobre los «Azúcares añadidos» teniendo como base de cálculo 200 kilocalorías (10 cucharadas cafeteras).
En cambio, en el etiquetado aprobado se establece el criterio de «Azúcares totales» con base de cálculo 360 kilocalorías (18 cucharadas cafeteras).
Para los representantes de esta Alianza, en la Estrategia Nacional se tomó la referencia científica de la Organización Mundial de la Salud, y en el etiquetado promovido por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), «se tomó el criterio de las industrias que no tiene ningún sustento científico, sólo el del engaño», señalaron.
Katia García, investigadora en salud alimentaria de El Poder del Consumidor (EPC), comentó que sobre una dieta de 2000 kilocalorías diarias, «nuestro cuerpo puede recibir como máximo 200 kilocalorías de azúcar, es decir, sólo el 10% de nuestra ingesta diaria. El nuevo etiquetado establece 360 kilocalorías, casi el 20% del consumo máximo», subrayó.
«Por ejemplo, dijo, un refresco de Coca Cola de 600 mililitros, con el criterio de la Estrategia Nacional, es decir de la OMS, tendría que indicar: azúcar 126% del máximo tolerable. Con el criterio del nuevo etiquetado dirá: azúcar 70% del requerimiento diario recomendado.
Para Alejandro Calvillo, director de EPC, afirmó que el nuevo etiquetado promovido por la Cofepris, tomó el criterio que la industria venía utilizando sin ningún sustento científico y está en contra de la Estrategia Nacional del propio gobierno federal, que tomó la referencia científica de la OMS.
Para la Alianza por la Salud Alimentaría, el desarrollo de este etiquetado va en sentido contrario a los elaborados en algunos países de América Latina, que son claros en las advertencias al consumidor sobre el alto contenido de azúcares, grasas y sal en los productos, como es el caso reciente de Chile y Ecuador.
Fuente: Periodico AM
