Hace algunas semanas Coca-Cola sorprendió al mundo con la noticia de que retiraría de su formula el aceite vegetal bromado (BVO por sus siglas en inglés) que funcionaba como estabilizador de sabor en algunos de sus productos. La compañía también aseguró que ya había retirado con anterioridad este mismo componente de dos de sus variedades de Powerade. Esto ante la creciente preocupación sobre la seguridad de su consumo y como respuesta a algunas campañas lanzadas previamente nada menos que por una adolescente de Mississippi.
Sarah Kavanagh es una chica de 17 años que como cualquier otro adolescente gusta de las bebidas azucaradas. Por alguna razón un día mientras bebía una de ella su atención se centro en la etiqueta, donde descubrió que el contenido incluía BVO y decidió buscar este compuesto en linea.
Tras una búsqueda rápida, Sara encontró que este ingrediente se utiliza como estabilizador de sabor dentro de los refrescos, pero también fue patentado por empresas químicas como un aditivo para retardar el fuego. Japón y la Unión Europea incluso han prohibido esta sustancia en alimentos y bebidas ya que significa un riesgo potencial de trastorno nervioso si se consume con frecuencia.
Molesta por su descubrimiento Sara comenzó una fuerte batalla contra Pepsico en 2012 para que retirara este polémico estabilizador de sabor. «No pongan retardantes de fuego químicos en las bebidas deportivas» exigió la curiosa adolescente y comenzó una petición en la plataforma Change.org. Más de 200 mil firmas consiguieron el objetivo en sólo un par de semanas.
Una segunda petición llegó unos meses más tarde, esta vez en contra de Coca-Cola para exigir la eliminación del BVO dentro de su Powerade, dicho movimiento necesitó poco menos de 60 mil firmas para que la compañía anunciara que aunque es utilizado de forma segura para sus consumidores, retiraría el ingrediente de dos de sus variedades de esta bebida deportiva y otros de sus productos a lo largo de este año en Estados Unidos. Aunque señaló que la medida tendría efecto en el resto del mundo, no ofreció un calendario aplicable a otros países.
Ahora a sus 17 años Sara se ha convertido en la responsable de que dos de las grandes refresqueras del mundo se comprometieran a detener el uso de BVO en las formulas de sus bebidas y en un poderoso ejemplo del poder que los consumidores tienen sobre las marcas. Si somos optimistas esperaremos que su labor sea un parteaguas que impulse el crecimiento de hábitos más responsables de consumo.
Un claro ejemplo de SÍ SE PUEDE, si somos conscientes y consistentes en lo que buscamos y queremos. Felicidades Sara!
Y felicito también a Coca Cola y Pepsico, por haber dado oídos a una demanda de la población iniciada por una adolescente de 17 años. El Poder Joven!!!
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[…] con mayor frecuencia brindan al mundo lecciones en el tema. Primero una chica de 15 años logró importantes cambios en sus bebidas favoritas y ahora un joven de la misma edad busca una solución creativa y sostenible a partir de energía […]