Las ONG Oxfam y Amigos de la Tierra pidieron hoy a los países del G7, los más ricos e industrializados, que adopten un plan energético que aumente el peso de las energías renovables y sea más eficiente y asequible.
Los jefes de Estado y de Gobierno del G7 (EU, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania, Canadá y Japón) se reúnen mañana y pasado en Bruselas para abordar la situación energética en Europa tras la crisis ruso-ucraniana, entre otros asuntos internacionales.
Miembros de estas organizaciones se disfrazaron de “cabezudos”, caracterizados como los presidentes de los países del G7, en una gráfica representación de las necesidades energéticas de cada país.
Así, los caricaturizados presidente de EU, Barack Obama, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, o la canciller de Alemania, Angela Markel, llevaban las manos cargadas de carbón, mientras que el presidente de Francia, François Hollande, y el primer ministro británico, David Cameron, portaban “respiración asistida” conectada a bombonas de gas.
Los cabezudos de los primeros ministros de Canadá, Stephen Harper, y de Italia, Matteo Renzi, portaban bombonas de petróleo, en una alusión a la fuente energética de la que más depende cada país.
La directora de Oxfam para la Unión Europea (UE), Natalia Alonso, dijo a Efe que “esta crisis puede ser una oportunidad para cambiar el tipo de políticas energéticas que se adopten en el futuro hacia unas políticas más sostenibles, que contribuyan a luchar contra el cambio climático y la pobreza”.
Las ONG abogan por que los planes de seguridad energética que se aborden en la reunión, así como las estrategias de la UE en la materia, den mayor peso a las fuentes renovables en detrimento de los combustibles fósiles y mejoren la eficiencia energética.
De esta forma, consideran, se reduciría la dependencia de las importaciones de combustibles desde terceros países y se evitaría recurrir a fuentes de energía “sucias”, como el carbón o las técnicas de “fracking” (fractura hidráulica) en territorio europeo.
Para Oxfam ello permitiría también luchar contra el cambio climático, que afecta especialmente a los países en desarrollo exportadores de alimentos y piensos para Europa y, por ende, contra el aumento de los precios de la alimentación.
Alonso recordó que la UE “importa la mitad de sus necesidades energéticas” lo que le genera “una dependencia que no es sostenible” y que afecta tanto al ámbito climático como al económico.
“Esta dependencia hace que haya un aumento del precio de la energía pero también, como se basa en energías fósiles, contribuye al cambio climático, a que haya más hambrunas, escasez de alimentos y a que suba el precio de éstos”, dijo la responsable de Oxfam.
De acuerdo con un estudio publicado hoy por esta organización, la factura de las importaciones de gas y fuel de los Veintiocho podría elevarse en 2030 de 400 mil hasta 500 mil millones de euros por el aumento de precios y aún cuando la UE cumpla con sus compromisos en materia de clima para entonces.
El coste de las importaciones de alimentos, por su parte, podría elevarse varios millones por encima de los 100 mil millones de euros que alcanza a día de hoy, dado que el 72 % de los alimentos que entran en los Veintiocho procede de países en desarrollo especialmente vulnerables al cambio climático.
Las ONG reclamaron también a la UE elevar la ambición del conjunto de medidas sobre clima y energía para 2030 que prevén aprobar próximamente, de forma que se comprometan a ahorrar un 40 % de energía, a aumentar hasta el 45 % el uso de energías renovables y a reducir las emisiones nocivas al menos un 55 %.
Según sus cálculos, sólo la mejora de la eficiencia energética con medidas como el aislamiento de edificios, entre otras, podría ahorrar 239.000 millones de euros anuales para 2030, es decir “unos 300 euros por familia al año”, explicó Alonso.
Las ONG esperan que los países del G7 “apoyen el liderazgo europeo” en este sentido, añadió.
Fuente: Ferriz.com.mx