De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la actividad ganadera genera aproximadamente 7.1 gigatoneladas de dióxido de carbono al año, 14.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) inducidas por la actividad humana. La producción de carne y leche de bovino aportan 64.8% de las emisiones de GEI del sector.
En el documento “Hacer frente al cambio climático a través de la ganadería”, la FAO describe las principales fuentes emisoras de GEI en la crianza de ganado así como las principales propuestas para reducir dichas emisiones en la actividad pecuaria. Principalmente, las emisiones liberadas a la atmósfera por la actividad ganadera son óxido nitroso, metano y dióxido de carbono.
Las principales fuentes de emisión de GEI del sector son la fermentación entérica o producción de metano por el proceso digestivo de los rumiantes, aproximadamente 46% de las emisiones provienen de la producción de leche y 43% de la producción de carne de bovino.
En segundo lugar se ubica el manejo, fertilización y producción de forrajes con 36% del total de la emisión de GEI, principalmente con emisiones de óxido nitroso.
Entre los sistemas de producción bovina destacan las emisiones del segmento de menor productividad, dado el uso de alimentos de bajo aporte nutricional o difíciles de digerir. Es decir, con mayor fermentación entérica y producción de estiércol, así como bajo desarrollo de peso por año y mayor edad de sacrificio en los animales,lo que es mayor periodo de vida y producción de GEI por unidad animal.
América Latina y el Caribe representan la mayor proporción de emisiones de GEI por actividades pecuarias, aproximadamente 1.3 gigatoneladas anuales, lo que se traduce en un 18.3% de las emisiones mundiales. Principalmente se atribuye a la producción especializada de carne de bovino y el cambio de uso de suelo, reducción de la superficie forestal para el establecimiento de pastizales y tierras agrícolas para producción de forrajes.
De acuerdo a los datos de la FAO, en el 2012 México tenía 5.5 % del hato lechero de América Latina y el Caribe, así como 7.9 % del ganado para la producción de carne, por lo que es un importante emisor de GEI en la región.
En la siguiente edición se abordarán las estrategias para reducir la emisión de GEI y las mermas económicas de los ganaderos a través de la aplicación de tecnologías que incrementan la productividad del hato. Principalmente, producción de forrajes y alimentos balanceados de mayor calidad; establecimiento de dietas balanceadas que reduzcan la producción de emisiones entéricas y estiércol; la mejorara del cuidado y salud de los animales; reducción de la sobrecarga de los hatos; tecnologías para el manejo del estiércol; reciclaje de nutrientes, y generación de fuentes alternativas de energía.
Luis Daniel Núñez Guzmán es especialista de la Subdirección de Diseño de Programas en FIRA. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.
Fuente: El Economista