La gran noticia este martes fue que la FIFA está considerando sancionar a los equipos de México y Brasil por la conducta inapropiada de sus aficionados en el estadio. Específicamente, el Comisionado del juego contra Camerún antepuso una queja por el grito de la palabra «puto» durante el partido.
Este grito es común en los estadios mexicanos desde hace poco más de una década, y según el director de Selecciones Nacionales, Héctor González Iñárritu, se trata de un lenguaje inofensivo. Esto fue lo que afirmó en entrevista para el portal Mediotiempo.com:
No es ni agresión, es una manifestación que tienen de hace tiempo en la Liga mexicana, que se traducen en los partidos internacionales de la Selección
Pero el asunto no es tan sencillo como eso: por un lado, es imposible negar que esta es una palabra que se utiliza constantemente para amenazar, agredir y amedrentar a hombres homosexuales. Aunque en algunos contextos se use para significar «cobarde» y a pesar de que algunos grupos de homosexuales la usen como un término de cariño, sin agresión, no se puede decir que el uso despectivo haya desaparecido.
Por otro, el prohibir la palabra y sancionar a los equipos cuyos aficionados la usen es un ejercicio totalmente vacío si no se trabaja también en eliminar las causas de la homofobia, y la FIFA no está haciendo un buen trabajo en ese sentido: sus siguientes dos sedes para la Copa del Mundo, Rusia y Catar, son lugares donde los derechos humanos de los ciudadanos gays son amenazados diariamente. Si en realidad la tolerancia y la diversidad sexual fueran importantes para el organismo, ¿no habría elegido sedes más seguras para sus aficionados, jugadores y empleados homosexuales?
Viendo el panorama más amplio, la FIFA ha pasado en los últimos años por grandes escándalos de corrupción, lo que pone en duda su capacidad para ser árbitro de la ética y el «juego limpio» en el deporte que pretende promover. Además, sus normas son confusas. ¿por qué una escuadra debe sufrir por lo que gritan sus aficionados?
En definitiva, tanto las federaciones nacionales como la FIFA tienen que trabajar para eliminar la homofobia y sus expresiones dentro del fútbol, pero hace falta ver acciones más profundas. Y en el caso de los aficionados, tenemos que dejar de engañarnos y pensar que el canto nacional de los estadios es inofensivo, ignorar su historia homofóbica no borrará el daño que sigue causando.
[…] de que ese caso en particular tiene muchas aristas y posturas, y que no se puede analizar de una manera simplista (de lo que seguramente se percató FIFA), el […]