La medida fue aprobada por el Sínodo General y ahora deberá ser discutida en el Parlamento de Gran Bretaña
La Iglesia anglicana dio luz verde ayer a la ordenación de obispas, por primera vez en su historia, tras años de intensos debates internos y amagos fallidos para que la mujer acceda al episcopado.
Tras una reunión previa de cinco horas celebrada en York, en el norte de Inglaterra, el Sínodo General obtuvo el respaldo de las tres cámaras que conforman el órgano ejecutivo de la Iglesia anglicana: obispos, clérigos y laicos.
De ellas, entre los obispos se obtuvieron 37 votos a favor de la propuesta, frente a 2 en contra y 1 abstención; entre los clérigos, los sufragios favorables fueron 162 frente a 25 en contra y 4 abstenciones, mientras que el voto de los laicos, considerado crucial, falló con 152 papeletas favorables, 45 en contra y 5 abstenciones.
El histórico desenlace da la vuelta a siglos de tradición en el seno de una Iglesia que ha sufrido profundas divisiones a consecuencia de un asunto considerado controvertido.
El anuncio fue acogido entre los congregados con vítores y algunos aplausos pese a que el arzobispo de York, John Sentamu, había instado a los miembros del Sínodo a expresar su reacción con “sensibilidad y contención”.
El viceprimer ministro británico y líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, expresó su satisfacción ante el resultado mediante un mensaje en la red social Twitter.
Bien hecho a Justin Welby por su liderazgo a la hora de asegurar el voto del ‘sí’ para las mujeres obispas”, señaló el número dos del gobierno de David Cameron –partidario también de la ordenación de obispas–, y que consideró, además, que se trata de “un gran momento” para la Iglesia de Inglaterra.
La aprobación se trasladará ahora al Comité Eclesiástico del Parlamento y a sus dos Cámaras (Comunes y Lores).
Un intento previo por lograr la consagración de obispas fue bloqueado hace 18 meses cuando el Sínodo General rechazó en noviembre de 2012, por seis votos, aprobar esa legislación tras años de discrepancias entre conservadores y reformistas.
Aquel rechazo originó sorpresa así como tensas fricciones en el seno de la comunión anglicana al tiempo que el entonces arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, lamentaba que la Iglesia anglicana hubiera “perdido credibilidad”.
La crucial votación se celebró 20 años después de que en 1994, la Iglesia de Inglaterra ordenara a las primeras mujeres sacerdotes y las féminas constituyen hoy un tercio del clero.
Actualmente, 3 mil 827 de 12 mil 814 sacerdotes anglicanos son de sexo femenino en Reino Unido.
Los tradicionalistas recuerdan que Jesús eligió solo hombres entre sus apóstoles por lo que creen que el liderazgo de la iglesia debe recaer en los varones.
La Iglesia de Inglaterra, una escisión de la católica, es la madre de la comunidad anglicana, que cuenta con 80 millones de fieles en 165 países.
Fuente: Excelsior