Carlos Slim propone una semana laboral de tres días, con una carga de 11 horas y cuatro días libres para generar más empleo, al disertar en un foro político-empresarial en Asunción el pasado jueves.
«Con tres días de trabajo se tendrá más tiempo para el esparcimiento, mejorar la calidad de vida», dijo el magnate de las telecomunicaciones en el encuentro denominado «Tendiendo puentes, empleo en el siglo XXI».
Según Slim, cuya idea ya había sido expuesta en otros foros internacionales, si los trabajadores tienen cuatro días libres a la semana, habrá más generación de empleo con el fomento del turismo, el entretenimiento y el comercio del ocio.
El foro, organizado por el Círculo de Montevideo que patrocina el ejecutivo, reunió a conocidos ex jefes de gobiernos, como el español Felipe González, el brasileño Fernando Henrique Cardoso y el uruguayo Julio María Sanguinetti.
«Se aproxima un cambio radical en la forma de trabajo», advirtió.
«Esto quiere decir que las personas ya no se van a jubilar a los 50 o 60 años como establecen los contratos colectivos. En el futuro, las personas van a tener que trabajar más años, hasta los 70 o 75, pero solamente tres días a la semana, quizás 11 horas por día», explicó.
Aclaró que los servicios públicos y privados deben trabajar las 24 horas, pero las personas no.
Recordó que en el siglo XX, de 72 horas, el horario de trabajo se redujo a 60, luego a 48 y ahora de 40 a 35 horas a la semana.
La edad de la jubilación, dijo, debería subir a 75 u 80 años para aliviar la carga de jubilados.
«La expectativa de vida ahora es mucho mayor a la que se tenía en el pasado. Ya no es sostenible una jubilación tan temprana», destacó.
Dijo que los tiempos cambiaron porque los trabajadores, suplantados en muchos casos por las máquinas, ya no son sometidos a tanto trabajo físico.
«No conozco otra forma de combatir la pobreza», precisó.
«Los países deben crecer arriba del 5 por ciento de manera sostenida para un combate frontal a la pobreza y el desempleo. Por eso la inversión debe aumentar al menos a 25 por ciento del Producto Interno Bruto».
Fuente: El Reforma