Hace unos meses, a la llegada a México de una empresa trasnacional muy reconocida por su manejo energético, tuve la oportunidad de conocer a su recién nombrado Coordinador de RSE; hablamos por unos instantes de los diferentes proyectos para aprovechar la energía y sus posibilidades en México; fue entonces que me habló del desconocimiento que existía globalmente de la RSE. De hecho —me comentó— cuando me dieron el cargo para atender el área, no sólo de México sino de Latinoamérica, se lo comuniqué entusiasmado a mi esposa, quien me respondió:
— ¡Coordinador de Responsabilidad Social! uhmm Pero te estaba yendo bien ¿no?
El suceso puede provocar risa… una risa devenida de la gracia y la incredulidad, pero por desgracia, ésa es la realidad; a muy pocos les importa realmente la RSE y salvo algunos países europeos, sigue siendo un bonito añadido, un estético parche en la cobija corporativa y no el hilo que debiera conformar el tejido empresarial.
Y si hoy estoy un poco más cínico y escéptico que de costumbre es porque entre los acontecimientos de la semana, el buen Mario se nos peló, y por supuesto me refiero a Benedetti, quien además de conocer perversamente y perfectamente a las mujeres, hacía lo mismo con la política y la sociedad, de la que fue nómada a causa de su descaro al decir la verdad.
De modo que honrando un poco la memoria de este poeta y luchador social, he de decir que apenas saliendo de mi crisis hipocondriaca de influenza, me estrellé de frente con las campañas políticas de mitad de sexenio, haciéndome preguntar si estamos condenados a ser gobernados por esta tonga de partidos faltos de creatividad para crear, ya no un buen anuncio, sino un mensaje social responsable y aunque sea, un poco, un poco persuasivo. Lamentable ver en los spots de campaña a los dinosaurios vestirse con piel de oveja; a Arturito, el niño de la escolta que en realidad no lo es porque está alucinando er… soñando, quise decir; a la familia que se carcajea como Maquiavelo porque ahora le pagarán las medicinas; a la mamá que hace pasteles pensando seguramente que los exportará a Suiza; o al luchador enmascarado que se encargará de partírsela a los narcotraficantes con ayuda del Preciso… ¡Uf, qué deprimente nivel!
Dejando de lado la esfera política y brincando a la empresarial, me topé con una nota que cubrió los medios por su trascendental importancia para el país… la Galilea, «nuestra Gali» junto con Rox, se resbalaron en televisión nacional al mofarse soezmente de una persona con discapacidad, y de paso, se llevaron entre los cueros y las patas a Televisa (la misma que tiene su campaña de «Tienes el valor o te vale»). Tras la natural reacción de ONG’s y de Derechos Humanos, quienes consideraron el hecho como un acto de discriminación y le aconsejaron un curso sobre el tema a la conductora, ésta dijo tener otras cosas en su cabeza y no necesitar diplomados para saber lo que es la discriminación. No obstante anoche, Televisa debió disculparse públicamente, y a punto del llanto y en la punta del rating, Montijo, desde su abultado pecho, tuvo que ofrecer disculpas por la broma y añadió que, si era necesario, tomaría el curso sobre derechos humanos que recomendó la CDHDF. Oh pues… ¿No que no lo necesitaba?
No me quiero extender más en estos temas que seguramente son pivotes de cambio en el país; lo que quiero decir en mi sardónica columna es que creo que, como la lluvia a las piedras, la RSC no ha logrado penetrar en nuestras instituciones, ni públicas ni privadas. En esta última quincena, para exponer una comparación de hechos, al otro lado del Atlántico, las notas fueron que la Comisión Europea editó un Libro Blanco para afrontar el cambio climático y Forética presentó CSR Toolbox, una plataforma de trabajo para impulsar la gestión responsable en las empresas.
¿Qué tenemos que hacer para que ese tipo de notas sean el reflejo de la RS que sucede aquí, en México? Sé que hay casos en los que los esfuerzos son palpables, constantes y sus nombres ya los conocemos, Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, CEMEX, Vitro, Bimbo, Wal-Mart… pero ¿Quién más se atreve a levantar la mano?
Hasta aquí la nota de hoy que deambuló por la política y las exuberantes chicas Televisa; dos temas que me recuerdan un par de frases del recién fallecido escritor uruguayo que hoy nos sirvió de luctuoso pretexto para platicar:
1) De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: De la derecha cuando es diestra, de la izquierda cuando es siniestra.
2) Quien
pecho
abarca
loco
aprieta.
Hasta siempre, Mario.
aRSEnico
aRSEnico es el seudónimo químico de un asesor en RS muy tóxico, solitario, ensimismado y cuasi misántropo, que a través de una propuesta editorial de crítica ácida, expone las circunstancias, a veces inverosímiles, que se presentan en la RSE. La columna, si bien es ficticia se alimenta de eventos de la vida real sin los cuales no sería posible su realización. El objetivo es precísamente, además de provocar la risa forzada de reconocer y reconocerse en ella, señalar dichas circunstancias desde un enfoque cínico e incluso que raya en anti RS, para mostrar finalmente en este radioactivo estilo, el «deber ser» de la RSE.