Del 11 al 14 de agosto se llevó a cabo la Semana de la RSE en Panamá, organizada por SumaRSE, en donde distintos invitados internacionales expusieron algunas de las acciones responsables que el sector privado está tomando en temas de sociedad, economía y medio ambiente, así como los retos y tendencias en el ámbito.
Uno de los invitados que participó en el evento como conferencista fue el presidente de la red de Pacto Mundial en México y director de Responsabilidad Social y Sustentabilidad de Restaurantes Toks, Gustavo Pérez, quien compartió algunos de los programas de Responsabilidad Social más importantes de su empresa, así como la clave del éxito de sus modelos de trabajo.
De acuerdo con Gustavo Pérez, existen muchas situaciones de pobreza y marginación en el mundo, situaciones sobre las que se puede trabajar para generar cambios, pero las empresas no lo quieren ver o no saben la manera adecuada para contribuir a la erradicación del problema.
En Latinoamérica las empresas que se encuentran comprometidas responsablemente con la sociedad y su entorno son minoría, pero de ellas depende el cambio y la transformación de otras empresas para hacer redes de cambio.
Sin embargo no es suficiente ser una empresa que cuente con el distintivo de Responsabilidad Social, se deben de estructurar programas que generen valor tanto para la marca como para la comunidad.
Gustavo asegura que todas las industrias pueden generar valor, pero requieren de cuatro elementos: producto, servicio, ambiente y precio. “Todo lo que hacemos en Responsabilidad Social tiene valor para alguno de nuestros grupos de interés, con alguno de estos 4 elementos mencionados.”
La clave del éxito en los programas de Toks radica en buscar a pequeños productores de comunidades que tengan productos artesanales de calidad, y que se puedan volver proveedores de la marca para generarles valor, volviéndose esto una ventaja competitiva en el mercado.
Esta acción logra un beneficio mutuo, tanto para la empresa como para la comunidad, y se vuelve un círculo virtuoso, ya que si una empresa es responsable, el proveedor se vuelve corresponsable con su cadena de valor, y la cultura va en crecimiento.
“¿Qué tenemos que hacer en una comunidad indígena alejada del centro del país?, pues desarrollarlos como empresa tractora para hacerlos productivos a través de un producto que para nosotros nos genere más ingresos” dijo Gustavo Pérez.
Lo importante, afirmó, es que en lugar de ver a las situaciones como las comunidades marginadas o la pobreza con lástima, se vea como una oportunidad, es ahí donde se encuentra la diferencia y se puede lograr un cambio desde lo profundo, buscando que el programa prevalezca y se alimente, a que si solo se apoya con un donativo económico o en especie temporal.
De esta manera es como Toks, asegura, ha logrado el éxito y que la responsabilidad social se vuelva rentable para su cadena, desarrollando proyectos de productores artesanales de miel, mermelada, granola, pollo, mole, entre otros.
Además de esto, habló también acerca de la importancia que tiene compartir el modelo con más empresas y universidades, y difundirlos para que se puedan dar cuenta de la rentabilidad de los negocios responsables y que se fomente la práctica propiciando el desarrollo social que finalmente beneficia a todos, empresas, sociedad y gobierno.