Tener un mal jefe o una empresa con malas políticas laborales es muy difícil, y la situación puede afectar tanto la productividad en el trabajo como nuestra vida personal. En muchas razones, el estrés y la insatisfacción en el trabajo son resultado de un mal liderazgo, pero en otras la respuesta a los problemas está en nosotros mismos. Si no somos capaces de ver lo que estamos haciendo mal, esta actitud puede llevar a otro tipo de problemas o a poner en peligro nuestro puesto.
Estas son algunas señales de un mal empleado, ¿te suenan familiares?
1. Siempre llegas tarde:
Tal vez se te dificulta ser rápido en las mañanas, te atrasan el transporte público o la fila para comprar café o «de casualidad» siempre tienes una llamada justo a la hora de una junta. En cualquier caso, dar estas explicaciones no será suficiente, ya que un al manejo del tiempo es entendido por tus jefes como una señal de que eres egoísta, poco confiable y desorganizado. Con un poco de disciplina, podrías aprender a llegar a tiempo y mejorar tu reputación.
2. Pones excusas para todo:
No creas que nadie lo nota: todos se han dado cuenta de que la cantidad de veces que pones excusas es mayor a las ocasiones en las que haces bien y a tiempo tu trabajo. Evita las excusas; si tienes un problema que no puedes solucionar, comunícalo a tu jefe y colegas de inmediato, con honestidad.
3. Te quejas de tareas inesperadas:
A nadie le gusta hacer trabajo extra, y menos de sorpresa, pero si haces notar tu descontento con gruñidos o diciendo explícitamente que no quieres hacer algo, tus jefes se lo tomarán como falta de ética laboral.
4. Amas hablar sobre chismes y rumores:
A veces es irresistible hablar sobre otros colegas o compartir nuestros problemas con compañeros, pero el chisme puede contribuir a un mal ambiente de trabajo y a la pérdida del respeto de tus compañeros.
5. Crees que eres el más inteligente de la oficina:
Aun si fueras tan brillante como crees, eres parte de un equipo. Los empleados arrogantes que no respetan las jerarquías no llegan muy lejos, así que piénsalo antes de mostrarte superior.
6. No crees en tu empresa:
Si haces comentarios sarcásticos sobre la misión o valores de tu empresa constantemente, a tus colegas se les hará difícil tomarte en serio o tener confianza en tus decisiones. Si te separas de tu empresa, tal vez tu empleador querrá separarse de ti.
7. Eres menos productivo que tus colegas:
Si tu jefe pasa más tiempo contigo que con tus compañeros o si estos tienen que ayudarte todos los días, es posible que tus jefes se estén preguntando si tratar de aumentar tu productividad es una pérdida de tiempo y dinero.
8. A tus colegas no les gusta trabajar contigo:
Si tus compañeros no hacen contacto visual o parecen incómodos al trabajar contigo, puede ser que te tengan miedo o que te consideren un mal miembro del equipo.
9. Pides disculpas muy seguido:
Todo el mundo comete errores, pero si tus clientes constantemente se quejan de tu trabajo y tú (o peor: tu jefe) tienen que disculparse a menudo con ellos, tus superiores comenzarán a verte como un peligro para la compañía
10. No aceptas un «no»
Si defiendes tus ideas aun cuando todos los demás en el equipo han dejado claro que no están de acuerdo contigo, te verán como alguien que causa problemas. A veces tienes que dejar ir ciertas cosas para el beneficio del equipo.
Fuente:
Business Insider