Bolsas y botellas de plástico, cajas de cartón, empaques de aluminio y muchos otros materiales viajan a los basureros de todo el mundo a diario como resultado del consumo de toda clase de productos en los centros de distribución. Esto genera un serio impacto ambiental que es necesario reducir con urgencia, por lo que un supermercado libre de desperdicios es sin duda la opción que los protectores del planeta habían estado buscando.
Sara Wolf y Milena Glimbovski han hecho de esto una realidad instaurando en Berlín su primera tienda de alimentos totalmente libre de residuos, en la que toda la comida se presenta a granel para que sus consumidores adquieran únicamente la cantidad que necesitarán.
El proyecto llamado Original Unverpackt fue financiado gracias a una campaña en el sitio de Crowdfunding Startnext que permitió a las jóvenes recaudar donaciones y duplicar la meta de 45 mil euros planteada inicialmente para cumplir con esta misión sustentable
Los clientes de este supermercado deben llevar sus propios contenedores para adquirir su comida, aunque si los olvidan, también pueden ocupar algunos que de reúso que pueden encontrar en la tienda. En Original Unverpackt los consumidores no encontrarán distintas marcas de un mismo producto, ya que las fundadoras aseguran que una es suficiente, lo que sin duda ayudará a evitar los envoltorios de un sólo uso y el exceso de embalaje que algunas compañías utilizan en sus distintas presentaciones.
Con el fin de incrementar el impacto positivo que su negocio tiene con el medio ambiente y con la comunidad, los alimentos de la tienda provienen de fuentes locales y en su mayoría son orgánicos.
A medida que sus ganancias lo permitan, la idea es hacer crecer el negocio y tener muchas más sucursales que ofrezcan a los consumidores una alternativa viable y sustentable ante los principales supermercados del país.
Hasta ahora el reto ha sido lograr que cada consumidor lleve a la tienda sus propios contenedores, aunque conceptos similares alrededor del mundo lo han hecho posible, por lo que esto no tendría que ser un problema para estas dos mujeres y su luchar contra los más de 16 millones de toneladas en desperdicio de embalaje.
