Trabajos forzados, limitación de movimiento, retención de los salarios, violencia física y sexual, amenazas y deudas fraudulentas son algunas de las formas modernas de esclavitud que sufren hoy en México unas 270 mil personas.
Así lo sostiene el Índice Global de la Esclavitud, elaborado por la Fundación Walk Free, una organización de derechos humanos con base en Australia y cuyas investigaciones son reconocidas por personalidades como el fundador de Microsoft, Bill Gates, y la ex Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.
De acuerdo con el estudio, 266 mil 900 personas en el País sufren algún tipo de esclavitud, con lo cual es la nación americana con más habitantes en ésta situación.
En comparación con los otros 166 que componen el estudio, México aparece en el lugar 18 del ranking mundial de países con mayor número de personas en situación de esclavitud; la primera posición la ocupa India, seguida por China y Pakistán.
Si el nivel de comparación es el número de víctimas en términos proporcionales de la población total, el País aparece en el lugar 111 con 0.21 por ciento de la población.
«Las víctimas de la esclavitud moderna en México son principalmente ciudadanos de países de Centro y Sudamérica, pero también han sido identificadas víctimas de los países de Europa del Este, Asia y África», indica el apartado sobre el País que acompaña la publicación del informe.
«Según algunas estimaciones, el 70 por ciento de los casos de esclavitud moderna en México están relacionados con grupos del crimen organizado», agrega.
Las bandas delictivas estarían recurriendo al secuestros con fines de prostitución y trabajo forzado, en gran medida, con la complicidad de los locales, estatales y federales. Los grupos más vulnerables son mujeres, niños, indígenas,discapacitados, migrantes, lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
En cuanto a los sectores formales señalados como principales beneficiarios de ésta forma de explotación, se encuentra el del carbón, la plata y el jitomate, así como el sector turismo.
Respecto a la acción gubernamental para atacar éste fenómeno, el País recibe una calificación de B en una evaluación que va de mayor respuesta (AA), que saca Holanda, a menor (D) que obtiene Eritrea y República Central Africana.
Considera que la respuesta gubernamental carece de suficientes servicios de apoyo para las víctimas y hay leyes que criminalizan a las víctimas exponiéndolas a la deportación o una mayor explotación.
Si bien cita como señal alentadora la primera sentencia por explotación laboral, emitida el pasado 15 de junio, en la que se condenó a más de cuatro años de prisión a cuatro personas por la explotación de 10 menores en Texcoco, sostiene que los esfuerzos son aún insuficientes.
«Estos avances deben supervisarse de cerca considerando que muchos funcionarios mexicanos son cómplices de abusos de los derechos humanos y de corrupción en casos de esclavitud moderna», explica el texto.
«La violencia y los secuestros en México, junto con el la débil aplicación de la ley, aumenta el riesgo de la trata de personas», indica.
El ranking de riesgo se basa en una evaluación de 33 indicadores cuantitativos que reflejan cinco dimensiones clave que podrían crear o respaldar un riesgo de esclavitud: las políticas de lucha, el respeto de los derechos humanos, el nivel de desarrollo humano y económico, la estabilidad del gobierno y el nivel de discriminación.
En este apartado, México registra un nivel de riesgo de 45.2 puntos en una medición que va de menor a mayor (100).
En el escalafón en donde se percibe mayor nivel de vulnerabilidad es el de la estabilidad del Estado, con 60.2.
Fuente: Reforma