La pesca, ganadería altoandina y agricultura serían los sectores más afectados por el cambio climático en Perú en los próximos años, aunque la hidroenergía, la minería, el turismo, la salud y la infraestructura también podrían sufrir impactos adversos, según un nuevo estudio conjunto del Gobierno peruano, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El informe La economía del cambio climático en el Perú, presentado en Lima en el marco de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 20), indica que hacia el año 2100 se proyectan impactos que se traducirían en pérdidas en la economía nacional que oscilan en un rango de 11,4% y 15,4% del producto interno bruto (PIB) de 2010 (año base utilizado en la investigación).
En particular, el estudio explica que el impacto en el sector pesquero peruano se concentra en la caída en la captura de la anchoveta, la cual afectaría la producción de harina de pescado. Esto implicaría que hacia fines de siglo las pérdidas rondarían hasta 30 veces el actual producto interno bruto del sector.
El sector hidroenergético sufrirá impactos debido a la menor disponibilidad del recurso hídrico, situación que también afectará a la minería. Debido a la expansión de la zona agrícola, se observarían disminuciones de disponibilidad de agua para la hidrogeneración, lo que se traduciría en una disminución de ingresos acumulada de entre 3,3% y 5,0% del PIB sectorial.
El sector agrícola podría sufrir pérdidas equivalentes a entre 23,9% y 33,1% del PIB sectorial para el período 2010-2100 en los escenarios evaluados en el reporte. Esto sería a causa de la disminución de la productividad de casi todos los cultivos seleccionados (papa, arroz, maíz amarillo duro, caña de azúcar, plátano y maíz amiláceo), mientras que el café mostraría leves aumentos de productividad al inicio del período, para luego disminuir.
Con respecto a la minería, se espera una reducción acumulada para todo el período de 15% del PIB sectorial en uno de los escenarios considerados en el estudio (A2), 5% en el escenario A1B y 11% en el escenario B1, mientras que para la ganadería altoandina los resultados muestran que los impactos serían producto de la disminución de las tierras de pastoreo y de la expansión del sector agrícola, lo que llevaría a una pérdida máxima acumulada equivalente a 90% del PIB pecuario.
En relación al turismo, al aumento en el número de eventos climáticos extremos podría disminuir el número de turistas que visitan uno de los principales atractivos del país: Machu Picchu. Las pérdidas hasta 2100 en ese lugar fueron estimadas entre 15% y 30% del PIB del sector.
El impacto del cambio climático en el sector de infraestructura vial peruano generaría un aumento en el gasto público de alrededor de 2,8% del PIB de transporte del año 2010, ya que se esperarían costos adicionales por aumentos en reparaciones y mantenciones debido a la mayor ocurrencia de inundaciones en las vías. En cuanto a la salud, el sector público reforzaría los recursos destinados al tratamiento de la malaria, lo que requeriría un aumento del gasto en 0,02% del PIB nacional de 2010.
El estudio recalca que Perú es considerado un país altamente vulnerable al cambio climático por contar con siete de las nueve características de vulnerabilidad reconocidas por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático: poseer zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas, áreas susceptibles a la deforestación o erosión, a los desastres naturales, a la sequía y la desertificación, áreas urbanas altamente contaminadas, y ecosistemas frágiles.
De la amplitud de las pérdidas analizadas se desprende la necesidad de actuar lo antes posible para reducir la vulnerabilidad a lo largo de todo el territorio nacional, enfatiza el reporte. Agrega que el diseño apropiado y a tiempo de estrategias, políticas y programas en materia de adaptación es fundamental para contrarrestar los potenciales efectos negativos del cambio climático. El informe también recomienda ampliar la información, analizar los sectores no evaluados y estudiar las implicaciones sociales, como elementos clave en el diseño de las políticas de desarrollo sostenible.
Fuente: cepal.org