Demanda también prohibir mecanismos de empresas paramanipular
a los menores. El efecto de las regulaciones débiles es similiar a la ausencia de ellas
, subraya en un análisis.
La Alianza por la Salud Alimentaria demanda que toda la publicidad de productos no saludables salga de los canales y barras infantiles de diversos medios de comunicación, en particular de los electrónicos y las redes sociales; también exige que se prohíban y se sancionen los mecanismos que las empresas utilizan para manipular y engañar a los niños.
En el análisis Publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia: estrategias de la industria, la Alianza por la Salud Alimentaria expresa: Saquemos toda la publicidad de comida chatarra de su mundo (el infantil) ya que la obesidad no es únicamente causa de decisiones individuales, sino que existen una serie de factores sociales, ambientales y políticos que influyen en nuestra conducta, que determinan los estilos de vida y estado de salud o enfermedad. Se trata de aspectos que generan un ambiente obesogénico, es decir, un entorno que promueve la obesidad.
En el documento se asevera que la publicidad de alimentos y bebidas influye en la elección de los menores y se le ha identificado como uno de los factores responsables del deterioro de los hábitos, al promover productos de bajo o nulo valor nutricional. Añade que existe evidencia científica suficiente que demuestra que los factores de riesgo de enfermedades crónicas se adquieren durante la infancia y la adolescencia, señalando la necesidad de proteger a los individuos en esta etapa de la vida, como se establece en la investigación Publicidad de alimentos y bebidas, del Instituto Nacional de Salud Pública.
Estrategia fracasada
La ONG indica que desde 2007 demandó al gobierno mexicano prohibir toda publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia, con excepción de la promoción del consumo de frutas, verduras, cereales integrales y agua. Recuerda que en enero de 2009 la industria puso en operación un código de autorregulación que resultó ser un fracaso, indicó a este medio Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, organización integrante de la alianza.
Luego de la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, Obesidad y la Diabetes, lanzada en 2013 por el gobierno federal, se incluyó una regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a los niños; sin embargo, la alianza subraya que fue insuficiente, no sólo por lo breve de los horarios de televisión en que se aplicó, sino también porque las empresas utilizan argucias para hacer promoción de productos prohibidos.
El análisis establece que el efecto de las regulaciones débiles es muy similar a la ausencia de ellas, por lo que urge que toda la publicidad dirigida a los menores sea regulada y se prohíba el uso de estrategias de manipulación y engaño.
Precisa que la promoción de estos productos no sólo puede estar presente en televisión, radio, tiendas, supermercados y medios impresos, sino también en sitios de Internet patrocinados por empresas, correos electrónicos, mensajes de texto, redes sociales y juegos.
Critica que estos productos se promuevan mediante películas, videos y videojuegos, y que se ofrezcan de forma conjunta con juguetes y por medio de estrategias cruzadas, incluida la concesión de licencias para utilizar personajes y marcas.
Se valen del uso de la imagen de celebridades y patrocinan lugares de reunión de niños, como guarderías, bibliotecas, establecimientos de recreación, parques, actividades deportivas y musicales, entre otros medios, finaliza la Alianza por la Salud Alimentaria.
Fuente: La Jornada