Greenwashing, pinkwashing, publicidad engañosa y muchas otras prácticas orientadas a engañar a los consumidores, parecen hacerse cada vez más frecuentes a medida que la preocupación de estos últimos por tomar decisiones de compra conscientes aumenta.
El proceso de convertirse en una empresa realmente responsable es largo e implica un compromiso fuerte y constante, por lo que muchas compañías han optado por maquillar su comportamiento en un intento por convencer al consumidor sobre un buen comportamiento, que generalmente no existe. ¿Pero cómo es que lo logran?
1. Utilizan conceptos «responsables» que no tienen definición
Palabras como verde o natural, son conceptos sin una definición clara que confunden a los consumidores.
2. Promover prácticas obligatorias
Decirte un restaurante promueve la salud porque no coloca Saleros en sus mesas, o permite fumar, es irresponsable. Éste tipo de prácticas son una obligación para los establecimientos.
3. Falso empoderamiento de la mujer
Hacer uso del feminismo como herramienta de marketing sin comprometerse de fondo con la equidad de género, es engañar al consumidor.
4. Destacar un solo atributo
Señalar todo un producto como verde porque tiene un atributo ecológico es incurrir en greenwashing. Aún cuando el empaque sea amigable con el medio ambiente, es necesario que la sustentabilidad esté presente en todo su proceso de fabricación.
5. Compromiso no comprobable
Utilizar palabras como orgánico, sustentable, ecológico o certificado, sin poseer las acreditaciones correspondientes y ostentarlas de forma transparente.
6. Compromiso discriminatorio
Promover el empoderamiento de la mujer o causas relacionadas con la no discriminación y llevar a cabo estas prácticas sin considerar a tu público interno o a grupos vulnerables es poco coherente.