En varias ocasiones he hablado sobre las marcas que están desarrollando buenas estrategias de engagement, entendiendo éste como el momento en que un consumidor interactua con alguna por propia cuenta, ya sea adquiriendo o recomendando su productos, hablando de ella en sus redes sociales o haciéndose su seguidor. En este marco, temas como reputación corporativa y responsabilidad social cobran una enorme importancia porque después de todo ¿quién quiere relacionarse con alguien de dudoso prestigio?
Ejemplos hay muchos, pero en la mayoría de las ocasiones son cadenas internacionales, ya que hay que decirlo, tristemente pareciera que es en otras latitudes donde primero se ha comprendido el cambio de paradigma; es por ello que nos da muchísimo gusto cuando una marca mexicana logra dar ese salto y demuestra un pleno conocimiento de la realidad de nuestros días, yendo más allá en todos sentidos y demostrando que pertenece a la punta de lanza global en términos de vinculación con sus consumidores, la sociedad y el resto de sus grupos de interés… por supuesto que estamos hablando de Experiencias Xcaret.
Como una muestra de lo anterior es lo realizado el día de hoy: su segunda liberación de guacamayas, ahora en el espléndido estado de Veracruz. El primer grupo fue liberado el 14 de junio del 2014
Se trata de 28 guacamayas que llegaron el 9 de diciembre pasados desde el aviario del Parque Ecoarqueológico Xcaret y que ahora están listas para los retos de la vida silvestre en la Reserva Ecológica Nanciyaga, área de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas, dado que en los últimos 3 meses estas guacamayas recibieron entrenamientos para prepararlas a valerse por si mismas. La Reserva Ecológica Nanciyaga, a orillas del Lago de Catemaco, es un sitio que combina la conservación de la selva con el ecoturismo desde hace casi 30 años, y ha colaborado en el fortalecimiento de la población de monos aulladores en colaboración con la Universidad Veracruzana.
Claro que para una organización como Xcaret, siempre preocupada por la conservación de los ecosistemas, la liberación no basta; las guacamayas liberadas portan un chip de identificación y un anillo cerrado, así como una etiqueta en el ala de identificación a distancia. Algunas portan radiocollares. Al mismo tiempo se cuenta con muestras de sangre para su identificación por DNA en caso de que se requiera su identificación en pequeñas muestras para perseguir algún delito.
La sobrevivencia del primer grupo a la fecha es de un 63%. En proyectos de reintroducción a partir de ejemplares criados en cautiverio, se considera un éxito si la sobrevivencia es >=50% al año de su liberación, por lo que a la fecha el proyecto está obteniendo los resultados esperados.
Alinear la RSE a core business
¿Por qué guacamayas rojas? Como todos saben, los parques de Xcaret se encuentran asentados en donde radicaba la cultura maya, por lo que han conjuntado sus esfuerzos tradicionales de preservación natural con un poco de herencia histórica: la guacamaya roja fue un ave sagrada para las culturas originales de México, entre ellas la maya y la azteca, representando al sol y al fuego, tanto por sus hábitos como por sus colores intensos. Al igual que el sol, ellas salían temprano a buscar su alimento y regresaban al atardecer, y en su plumaje tenían tanto el sol por su parche amarillo en el ala como el azul del cielo y el intenso rojo del fuego.
La guacamaya roja fue extirpada del estado de Veracruz, lo mismo que de San Luis Potosí, Tamaulipas, Tabasco y otros estados por la sobreexplotación de sus nidos para el mercado de animales de compañía y la pérdida de su hábitat desde los años 1970s, pero gracias a un intenso programa de cría en cautiverio iniciado hace 20 años hoy podemos intentar regresarla a un estado natural nuevamente.
Con acciones como ésta Xcaret pone de relieve nuevamente que no solo entiende los temas de responsabilidad social, alineando sus acciones a core business, sino que lo hace de forma espectacular y deja abierta la puerta para generar ese vínculo con el que muchas marcas apenas se atreven a soñar.