En medio de un escenario global en donde la comunicación ha sido transformada por la inmediatez y las conversaciones a través de internet son campo fértil para el nacimiento de crisis, tener una buena reputación corporativa se ha convertido en uno de los activos más importantes para las empresas de todo el mundo, por lo que algunas de ellas han comenzado a generar estrategias que les permitan gestionarla de forma puntual.
No obstante, el compromiso de las empresas mexicanas por gestionar de forma adecuada su reputación corporativa aún parece ser limitado y el origen de esta problemática podría ser un elevado nivel de confusión y una gran cantidad de contradicciones que giran en torno al tema, ya que para muchas organizaciones, las ventajas todavía resultan desconocidas.
En este sentido, un studio realizado por EGADE Business School de la mano de Llorente & Cuenca y el Tecnológico de Monterrey identificó algunos retos que las organizaciones necesitan superar para abordar la gestión de la reputación corporativa desde un enfoque estratégico, entre ellos destaca la incorporación de la comunicación como una herramienta fundamental para mejorar la percepción que los consumidores tienen sobre la marca.
Con un manejo adecuado de la estrategia de comunicación, la responsabilidad social también puede influir positivamente en la reputación corporativa si las organizaciones comprenden la complejidad de las transformaciones sociales y actúan en consecuencia al surgimiento de una nueva economía basada en la colaboración y la creación de valor compartido.
La confianza, admiración y estima que el consumidor siente tanto por las personas como por las instituciones estará detrás de sus preferencias, por lo que la gestión de la reputación corporativa demanda un alto nivel de transparencia, compromiso social y congruencia entre el ser, el hacer y el comunicar.