¿Qué harías si fueras el líder de una empresa cuyo recurso más importante fuera el talento de su personal? Tal vez pienses en ofrecer maravillosos beneficios, salarios inigualables y un gran ambiente de trabajo, pero ¿irías tan lejos como para prometer que no despedirás a nadie? Esto es lo que hizo Peter Platzer, CEO de la startup Spire.
En una entrevista con el diario The Guardian, Platzer explicó: «somos una empresa de análisis de datos, y eso significa que el recurso más escaso es personal que pueda hacer algo útil con esos datos.» Por eso decidió que «nosotros como empresa no nos damos por vencidos» con un colaborador.
La compañía tiene 45 empleados. En sus tres años de existencia nadie ha sido despedido y solo 3 personas han renunciado, aunque Platzer no niega que hay ciertas circunstancias en las que tendría que dejar ir a alguien. Por el momento, sin embargo, el líder se enfoca en encontrar la «motivación intrínseca» de quienes trabajan en la empresa, siguiendo con la tendencia de las compañías que se esfuerzan por aumentar la felicidad de sus colaboradores, ya que esta se relaciona con la productividad y la creatividad.
Para Platzer, se trata específicamente de fomentar en su empresa «un estado de inspiración y empuje duraderos que creen una sensación positiva de bienestar y de engagement natural.» Claro que para lograr esto se necesita tener a las personas indicadas en el equipo. Es por eso que, según el CEO, ser seleccionado para trabajar en la empresa es más difícil que ser aceptado en Harvard.
El proceso de contratación dura dos semanas y se trata de encontrar a personas que estén en constante búsqueda de crecimiento. Una vez que ya se está adentro, la cultura de la compañía se basa en desarrollar la carrera del colaborador para que pueda lograr sus metas profesionales. Para saber cuáles son esas metas, el empleado toma un cuestionario de más de 200 preguntas, en el que se le cuestiona sobre sus objetivos a largo plazo, así como sobre las actividades laborales que disfrutan más y con los resultados de este test se define el rol que tendrá la persona dentro de la empresa.
Otra particularidad de Spire es que no existen los organigramas ni las evaluaciones de desempeño. En sustitución de estas últimas se tienen discusiones trimestrales en las que se habla sobre el desarrollo de la carrera del colaborador y sobre cómo sus actividades se alínean con sus metas. Se les pregunta, por ejemplo, qué les gusta más y menos sobre su puesto, qué habilidades les gustaría ganar en los siguientes meses y cómo puede ayudar la compañía.
Platzer afirma en la entrevista que todos estos esfuerzos no significan que se acepta un desempeño mediocre: «No mimamos a las personas. Ellas trabajan muy duro porque aman lo que hacen y crecen constantemente. Pero no todo el mundo quiere crecimiento constante.»
Será interesante ver si la empresa puede continuar su seguimiento personalizado conforme va creciendo, así como conocer cómo afronta el reto de que cambien sus necesidades y se vea en la necesidad de dejar ir a ciertas personas para contratar a otras con habilidades más relevantes. Es muy posible que con los años sean inevitables los despidos, pero sin duda la estrategia de la empresa demuestra que si se quiere tener al mejor talento también hay que fomentar una cultura en el que equivocarse sea posible.
