Si alguien nos pide imaginar el espacio de trabajo ideal, es muy probable que nuestra mente viajaría a un lugar bastante similar a las oficinas de los grandes corporativos de Silicon Valley y nos encontraríamos ante los increíbles toboganes en la sede de Google o los escritorios que desaparecen en un estudio de diseño en Amsterdam. Y aunque todas estas características ya son una realidad en algunas organizaciones alrededor del mundo, lo cierto es que no todo puede ser mágico en estos espacios, por lo que hay una serie de mitos que tal vez deberíamos comenzar a romper.