La lucha contra el hábito de fumar lleva varias décadas, pero es en la última cuando ha sido más intensa y efectiva. A partir de que los países se fueron comprometiendo ante el Convenio Marco para el control del Tabaco, conformado en el 2000 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los países han tomado acciones con resultados contundentes: la venta de cigarrillos en el mundo ya está bajando y hay mayor conciencia sobre el daño a la salud.
Aún falta mucho, dice Patricia Sosa, de la organización Tobacco Free Kids, y uno de los mayores retos es controlar justamente las crecientes tasas del hábito de fumar en los más jóvenes. El impuesto, asegura, es imprescindible para desincentivar el consumo en jóvenes.
Otro reto es combatir el comercio ilícito, que es el lema que la OMS puso al Día Mundial sin Tabaco 2015.
A la fecha, 168 países se han incorporado al convenio marco de la OMS. América Latina es una de las regiones que más avanzan en cumplir los compromisos. Destaca el caso de Brasil, que hoy lidera esta lucha, y junto con Argentina van implantando las medidas acordadas como prohibición total de publicidad y advertencias grandes en cajetillas.
Chile se atrasó y su costo es que tiene la tasa más alta de fumadores en la región, pero ya se está emparejando, pues recién impuso el más elevado impuesto al cigarro, prohibió totalmente la publicidad y sus advertencias sanitarias cubren la mitad de la cajetilla.
Alumnos destacados son Panamá y Uruguay. En este último, su ex presidente, José Mujica, incluso se animó a eliminar la identidad de marca en cajetillas con la consecuente demanda en tribunales internacionales de propiedad industrial de parte de las multinacionales tabacaleras. Eso también le sucedió a Australia, el primero en eliminar marcas en cajetillas.
México llegó a encabezar los esfuerzos antitabaco latinoamericanos. Fue el primero en imponer el impuesto a la cajetilla en el 2010, pero en los años posteriores el gobierno mexicano detuvo sus acciones y, a decir de organizaciones antitabaco, como la Fundación Interamericana del Corazón, si no actualiza las acciones, se irá rezagando. En particular, un gran pendiente es indexar a la inflación el impuesto a la cajetilla, porque de lo contrario deja de tener impacto.
Fuente: El Economista