Cada año en todo el mundo, millones de toneladas de desechos salen de los hogares y las grandes corporaciones y viajan a los vertederos; un gran porcentaje de ellos logra llegar a los mantos acuíferos y se acumula en los océanos, donde la corriente los reúne en diferentes espacios y forma lo que se denomina islas o continentes de basura. La más grande de ellas está ubicada nada menos que en medio del Pacífico, lejos de los ojos de la civilización y la forman cientos de residuos plásticos provenientes de todos los rincones del planeta.
Las dimensiones de la llamada mancha de basura del este son totalmente desconocidas, ya que es difícil de observar en su totalidad aun a través de tecnología satelital, aunque se estima que su tamaño puede estar entre 1.7 y 3.4 millones de kilómetros cuadrados, es decir dos veces el tamaño total de México.
Según una investigación dada a conocer por el Instituto Scripps de Oceanografía en la Universidad de California en 2012, este vertedero marítimo conocido también como la sopa de plástico ha crecido alrededor de cien veces durante los últimos cuarenta años; y algunos insectos ya han comenzado a adoptarlo como ecosistema artificial, ante el desequilibrio ecológico del que necesitan escapar.
Mientras tanto, el impacto que este nivel de contaminación tiene sobre aves, tortugas y otras especies marinas es increíblemente nocivo, ya que con frecuencia estos animales ingieren materiales que les producen asfixia.