La moda verde crece en el mundo y en México apenas comienza por marcas globales y empresas pequeñas que comparten la misma filosofía de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) con el propósito de incrementar su productividad y competitividad en este país.
De acuerdo a los datos más recientes de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive), la industria de la moda está integrada por 20 mil empresas, que representa el 10 por ciento del Producto Interno Bruto Manufacturero de México y que dan más de un millón de empleos.
El 90% de esta cifra forma parte de pequeñas y medianas empresas y solo cerca de mil 200 microempresas se han incorporado al mundo de la industria textil sustentable en México y generan mensualmente entre 25 mil a 50 mil pesos dependiendo de la marca y su tamaño.
Expertos en este tema señalan que estas marcas no solo se basan en reciclar ropa usada para luego rediseñarse y vendérsela al consumidor “sustentable”, sino también en integrar en sus fabricantes tecnologías ecológicas que utilicen menor cantidad de agua en su producción o fibras provenientes de materiales reciclados.
Por su parte, Mireille Acquart, CEO y fundadora de Ethical Fashion Space, plataforma de moda, belleza y estilo ético-sostenible en México, indica que la moda sostenible tiene un vínculo especial no solo con el diseñador y los fabricantes textiles si no también con el consumidor ya que éste debe saber utilizar los recursos orgánicos y convencionales de manera eficiente.
La contaminación de la prenda no solo se basa en la parte productiva equivalente al 50 por ciento; la otra mitad proviene de la casa si el individuo no sabe cómo lavar su ropa de manera ecológica”
Jean Verdier, director de Fashion Green México, iniciativa enfocada a promover la conservación de áreas naturales desde una plataforma, afirma que la mayoría de estas pequeñas empresas enfrentan actualmente tres dificultades que se relacionan entre sí.
La primera corresponde a la mercancía textil sustentable y su percepción ante los consumidores mexicanos como producto más caro que el tradicional ya que tiene mayor calidad, y además no se produce en tan altas cantidades como otros productos lo que genera que su costo final sea un poco más elevado que otros productos.
Esto a su vez crea dos problemas más: menor demanda en el país y pocos ingresos para los empresarios de la moda verde.
Verdier también señala que esto se debe a que un gran sector de la población mexicana no está en condiciones económicas ni posee la educación suficiente para consumir productos sustentables como en otros países que consideran este tipo de productos como parte de “un proyecto de vida”.
“La moda verde se encuentra en su etapa de reinvención y por consiguiente las empresas deben reforzar las ventajas de productos textiles sustentables para lograr que los consumidores perciban el valor agregado al evaluar la relación costo-beneficio”, agregó Acquart.
Manou Castro, microempresaria en el sector textil sustentable en México por más de dos décadas, afirma que si México aprueba el Tratado de Libre Comercio que China ha tratado de querer firmar con este país, “habrán muchos más productos chinos al alcance y esto podría crear una menor demanda no en el sector de la moda sustentable si no también en la compra de productos orgánicos en general”.
Fuente: Mundo Ejecutivo