A finales de agosto, Coca-Cola dio a conocer que logró una de sus metas de sustentabilidad más ambiciosas con cinco años de anticipación, la cual consiste en reponer el 100% del agua que usa en sus operaciones. Dado que se trata de más de 300 billones de litros anuales, es un resultado muy importante. Pero también surge la pregunta: ¿por qué lo alcanzó tan rápido la compañía?, ¿era demasiado fácil?
Andrew Winston, experto en estrategia ambiental, analizó este cuestionamiento en un artículo para Harvard Business Review. En resumen concluye que no se trató de una hazaña fácil, ya que requirió de una inversión de 2 billones de dólares, además de colaboración con organizaciones como The Nature Conservancy y la ONU. Sin embargo, Winston también señala que este objetivo de Coca-Cola puede enseñarle ciertas lecciones tanto a la misma compañía como a otras:
1. Las empresas pueden hacer más, más rápido de lo que creen: muchos de los impactos negativos de las compañías se deben a problemas de eficiencia que no requieren de gran esfuerzo o de una inversión grande para solucionarse. En el caso de Coca-Cola, simplemente cambiar sus procesos para necesitar menos agua en la producción hizo una gran diferencia.
2. El proceso para fijas metas es deficiente: no solo las metas de sustentabilidad. Según Winston, la mayoría de las organizaciones van de abajo hacia arriba, preguntando a los diferentes departamentos qué pueden lograr en temas como ventas, reducciones de costos y reducción del uso de energía. Después, se fijan metas un poco ambiciosas y se logran sin muchas dificultades.
Cuando se trata de metas verdes, argumenta el experto, esto no funciona tan bien, ya que la sustentabilidad debe tomar en cuenta datos científicos, así como los límites globales y regionales. En clima, esto significaría reducir las emisiones de carbono al ritmo que requiere la ciencia. En agua, podría significar que no es tan importante reponer el agua que usa la empresa, sino investigar cuánta agua se puede tomar de cada cuenca anualmente para asegurar que su explotación continúe siendo sostenible.
3. Hay que tomar en cuenta los impactos en cadena de valor: la huella ambiental de una compañía en muchas ocasiones es muy pequeña en relación a todos los impactos de su cadena de valor. Hace 5 años, Coca-Cola presentó un reporte elaborado junto con Nature Conservancy en el que calculó el total del agua usada por toda su cadena de valor, descubriendo que solo el 1% de ese uso estaba en el control directo de las operaciones de la compañía, ya que la mayor parte del líquido se consumió en procesos como el cultivo de caña de azúcar.
Finalmente, Winston señala que en la actualidad el principal problema de Coca-Cola ante la sociedad no es su uso de agua sino qué tan saludables son sus productos, algo que otras compañías de su industria ya han comprendido. Las decisiones sobre sus ingredientes serán la que marquen el futuro de la empresa.