No dudamos que ya estés muy familiarizado con el estrés, esa sensación de tensión física y emocional que resulta de situaciones difíciles en el trabajo o en la vida personal. Lo que tal vez no sepas es que puede ser contagioso.
De la misma forma en la que si ves a alguien bostezar es posible que repitas el gesto, tu cerebro también puede imitar las emociones negativas relacionadas con el estrés.
Definición de estrés de segunda mano
Como el nombre lo indica, este tipo de estrés tiene similitudes con el humo de segunda mano causado por los cigarros. Es decir, si alguien a tu alrededor expresa de forma obvia (ya sea de forma verbal o no verbal) su ansiedad o estrés, tú puedes experimentar esas mismas emociones.
Según estudios citados por Harvard Business Review, (HBR) el 26% de las personas que observaron a alguien estresado mostró después signos de estrés. El efecto es aún mucho más marcado cuando la persona a la que observamos es una pareja sentimental, llegando hasta un 40%.
Por supuesto, el lugar de trabajo es un gran «foco de infección» de este tipo de padecimiento. Si tu jefe o compañeros de trabajo son personas que lidian con mucho estrés y lo hacen en proximidad tuya, es muy probable que seas víctima de estrés de segunda mano.
Cuatro formas de evitar el estrés de segunda mano
Aquí las estrategias que propone HBR para mejorar el «sistema inmunológico emocional»:
1. Cambiar tu respuesta: esto significa dejar de ver al estrés como una cosa muy negativa a la que hay que huir. En lugar de frustrarte con las personas negativas que te rodean, ve la situación como una oportunidad de ser compasivo o de ayudarlas a resolver sus problemas. Esto cambiará la forma en la que te afecta su estrés.
2. Crear anticuerpos positivos: encuentra acciones que puedan neutralizar los efectos negativos de una persona estresada. Por ejemplo, en lugar de responder a un gesto de estrés con otro similar, ofrece una sonrisa o un gesto comprensivo a tus compañeros. De la misma forma, no inicies conversaciones con frases como «estoy ahogado en trabajo» o «estoy muy ocupado», sino con afirmaciones positivas como «es muy bueno hablar contigo.» Esto transfiere el poder hacia ti y acaba con el círculo de negatividad.
3. Construir inmunidad natural: el autoestima es una gran barrera para el estrés de segunda mano. Mientras más alta sea tu autoestima es más probable que sientas que puedes lidiar con cualquier situación. Por eso, cuando sientas que el humor de otros te está impactando, toma un tiempo para recordar que las cosas están yendo bien y que puedes manejar las dificultades. Una buena forma de mejorar tu autoestima es hacer ejercicio.
4. Vacunarte: antes de entrar en contacto con una situación estresante, vacúnate. Por ejemplo, piensa en cosas por las que estás agradecido todas las mañanas, escribe un correo para elogiar el trabajo de alguien, medita o haz ejercicio. Estas actividades protegen a tu cerebro de los efectos negativos del estado de ánimo de otra persona.