Para la mayoría de los deportistas, llegar a las ligas profesionales significa ganar mucho dinero.
En la NFL, los jugadores de primer año ganan como mínimo 420,000 dólares. Los novatos en las Grandes Ligas del Béisbol y la NBA ingresan por lo menos 507,000 dólares. El salario inicial en la Liga Nacional de Hockey es de 525,000 dls.
Luego, en el otro extremo, está la Liga Mayor de Lacrosse, donde los debutantes ganan alrededor de 7,000 dólares. El ingreso promedio de todos jugadores se ubica entre 10,000 y 20,000 dls.
La Liga Mayor de Lacrosse fue fundada en 1999, la primera liga profesional para el lacrosse de campo. La liga consta de nueve equipos y la temporada va de abril a agosto.
El lacrosse profesional ha tardado en ganar notoriedad, a pesar de su creciente popularidad a nivel amateur. El año pasado más de dos millones de personas jugaron lacrosse en Estados Unidos, un aumento del 11%.
Pero los salarios profesionales son tan bajos que los jugadores se ven obligados a tener un trabajo alterno.
Brett Schmidt, de 26 años, ha jugado lacrosse desde que estaba en tercer grado. Es defensa en los Charlotte Hounds, pero, como muchos en la liga profesional, el lacrosse es su segundo empleo.
Trabaja a tiempo completo como asesor financiero en BB & T Wealth. Schmidt no quiso especificar su salario, pero los asesores financieros ganan alrededor de 75,000 dólares al año, según datos del gobierno. Como jugador de lacrosse, gana sólo 10,000 dls.
«Ni siquiera estamos negociando nuestro salario anual como profesionales», dijo Schmidt. «Es más un trabajo a tiempo parcial durante el verano. Los chicos sólo se sienten afortunados de poder jugar en una liga, pero no es un dinero del que puedas vivir.»
Así que los jugadores se buscan el sustento por otro lado. Muchos de ellos trabajan en finanzas. Otros se labran una carrera de tiempo completo en el lacrosse complementando sus raquíticos sueldos de jugador con acuerdos de patrocinio, convenios de ‘merchandising’ y honorarios por acudir a eventos.
Y nadie ha tenido más éxito en esa aventura que Paul Rabil.
A sus 29 años, Rabil es una de las estrellas más grandes de la liga y fue nombrado el Jugador Más Valioso en el campeonato de este año. Esa distinción, junto con el hecho de que su equipo llegó a los playoffs, significa más ingresos.
Aunque declinó decir su salario, es más alto que el promedio de la liga. Y aún así tiene que complementarlo con actividades externas.
Rabil es un empresario y un atleta. Tiene incluso un servicio de suscripción llamado «Paul Rabil Experience», donde se desempeña como entrenador digital para los que quieren iniciarse en el deporte.
En un punto intermedio entre Schmidt y Rabil está Scott Ratliff, un centrocampista en su tercer año con los Boston Cannons.
Ratliff ha hecho del lacrosse una profesión a tiempo completo gracias a su trabajo como entrenador en LB3 Lacrosse, que opera campamentos y clínicas y tiene su propio equipo juvenil.
Aunque espera emular el éxito de Rabil, Ratliff ama ser entrenador.
«Si no estás en esto a tiempo completo, es más difícil y más difícil seguir siendo un jugador profesional», dijo Ratliff. «El sueño sería vivir de patrocinios pero me encanta entrenar, por eso aunque estuviera ganando un montón de dinero, probablemente seguiría involucrado como entrenador.»
Desplazarse a los partidos, que se juegan en el fin de semana, puede ser difícil. Ratliff, por ejemplo, vive en Atlanta, pero juega en Boston.
Los equipos tienen entre 21 y 26 jugadores en sus listas de jugadores activos. La liga cubre el costo de transporte y alimentación para los 21 jugadores que viajan, pero sólo se les paga a los 19 que están en la lista de un partido.
Ratliff dijo que algunos entrenadores deciden con tiempo quién figurará en la lista de activos en un juego. Pero a veces los jugadores viajan sin saber si van a jugar y si van a pagarles.
Al final del día, para los jugadores profesionales sean de tiempo parcial o de tiempo completo, todo se traduce en ganarse la vida.
Fuente: CNN Expansión