Si piensas que el cambio climático nos afecta a todos por igual, es momento de reconsiderar tu opinión.
La ONU se ha propuesto concienciar al mundo acerca de una realidad de la que poco se ha hablado, pero que de forma lamentable está allí: el cambio climático afecta más a las mujeres.
Queremos crear el marco normativo adecuado dentro del cambio climático para incorporar la igualdad de género a la ecuación», comentó Verona Collantes, especialista en cambio climático para el departamento de Mujeres de Naciones Unidas, la agencia internacional destinada al fortalecimiento de la igualdad de género.
Y es que Naciones Unidas tiene una serie de Objetivos de Desarrollo Sostenible, una iniciativa que propone eliminar la pobreza y disminuir el debate medioambiental, sin embargo, parte de esas metas dependen del sector privado, lo cual preocupa a diversos activistas, ya que esto podría ser un obstáculo para mejorar las vidas de la población femenina.
Los grandes negocios han perpetuado y se han beneficiado de muchas de las crisis medioambientales y financieras que estamos intentando combatir», comentó a VICE News Camille Risler, programadora asociada en el grupo por los derechos de mujeres APWLD.
«Si queremos alcanzar efectivamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible necesitaremos contar con un compromiso claro de los gobiernos que financian esos objetivos».
Pero, en realidad ¿por qué el cambio climático afecta más a las mujeres?
De acuerdo con un estudio de la London School of Economics de 2007 las catástrofes naturales tienden a matar a más mujeres que a hombres. Tal disparidad es mayor en países de perfil socioeconómico más bajo.
Esto sucede porque en contextos como ese, las mujeres son frecuentemente las responsables del cuidado de los niños y de las personas mayores, y son también las últimas en huir en caso de desastre natural.
Debido a la existencia de estas desigualdades de género que están perpetuadas por las costumbres, las prácticas sociales y hasta por las estructuras económicas, las mujeres son más vulnerables», explica Collantes. «Así que el impacto es diferente».
Las mujeres son también quienes más se dedican a tareas cuya peligrosidad se acentúa con el calentamiento global. Por ejemplo, según un informe de Naciones Unidas de 2010, en el 63% de los hogares del África Subsahariana, son ellas las que se encargan de recoger y transportar el agua a casa.
En este caso, el cambio climático, la deforestación y la desertificación provocan escasez de las reservas de agua, y eso ocasiona que, en muchos casos niñas muy jóvenes, necesiten pasar más tiempo en busca del líquido, en vez de invertirlo en su educación o en ganarse un sueldo.
En este sentido, la historia de la participante Siabatou Sanneh –oriunda de Gambia– en el Maratón de Paris 2015 capturó la atención del mundo a pesar de que no fue la ganadora.
Además de vestir sandalias gastadas y trajes tradicionales, Sanneh, la mujer de 43 años, corrió el maratón cargando 20 litros de agua al tiempo que llevaba un cartel que decía: “Las mujeres de África cubren esta distancia todos los días para encontrar agua. Ayúdanos a reducir esta distancia”.
Siabatou Sanneh uenta que desde los 7 años ha viajado cerca de 8 kilómetros varias veces al día para abastecer a su familia de agua y ella no es la única. Su historia es similar a casi 240 millones de personas en el África Subsahariana que no tienen acceso a agua potable segura, de acuerdo con la UNESCO.
Además una investigación citada por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas muestra que en el África Subsahariana, las mujeres y las niñas gastan 40,000 millones de horas al año en la recolección de agua.
El cambio climático afecta directamente las posibilidades de la mujer de conseguir sus propios derechos humanos y aumenta la desigualdad de géneros», señaló Eleanor Blomstrom, directora del programa Women Environment and Development Organization.
Aunado a ello, pesar de que la amenaza es mayor para la mujer, sus necesidades son a menudo ignoradas por los planes de sostenibilidad, de acuerdo con Nisha Onta, experta en materias de género y cambio climático.
Las necesidades y la realidad de la mujer no se valoran y su trabajo se considera como una prestación», explica Onta. «Los constructores dicen que ‘Iremos allí y conseguiremos agua, la haremos accesible’. ¿Pero cómo se consigue? Pues con las mujeres que la recolectan. ¿Alguien les ha preguntado? ¿Tienen acaso tiempo?».
Incorporar a las mujeres en estos planes es importante porque son ellas quienes están involucradas en temas de agricultura, agua, energía y supervisión de alimentos. Y son también las que cortan la leña y las que cocinan en casa.
Fuente: Dinero en Imagen