Incluso entidades con pérdidas hacen reservas ya para pagar las primas
Remordimientos, vergüenza… Esos son los sentimientos que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, esperaba encontrarse entre los ejecutivos de Wall Street a la hora de afrontar el asunto de sus compensaciones una vez que con ayuda pública los números rojos han vuelto al negro. Pero se tendrá que contentar con la utopía.
Los seis mayores bancos de EEUU han reservado en la primera mitad del año 52.000 millones de euros para primas y bonos de sus directivos. Son casi 10.000 millones más que lo acumulado entre enero y junio del 2008, como si la crisis no hubiera existido. ¿Es que ha acabado ya?
La publicación la semana pasada de esas cifras en un país inmerso en el debate de la reforma sanitaria pasó casi desapercibida y no provocó ni una mínima parte de la tormenta que desataron las primas de AIG.
Pero hay muchos factores para que se encienda de nuevo la indignación, por más que la banca asegure que diseña medidas sobre las compensaciones que desincentiven a sus empleados a tomar riesgos que puedan afectar a todo el sistema.
Por ejemplo, solo tres de esos seis grandes bancos (Goldman Sachs, J. P. Morgan Chase y Morgan Stanley) han devuelto el dinero de su rescate. Uno de ellos, Morgan Stanley, incluso ha cerrado el segundo trimestre con pérdidas, y van tres consecutivos, pero ha hecho reservas para las compensaciones.
Si la vergüenza no funciona, propongo que nos aseguremos de que, al menos, sus accionistas sepan con cuánto se está compensando a los directivos, y eso quizá fuerce algunas reducciones, ha dicho Obama. También Barney Frank, el demócrata que preside el comité de servicios financieros del Senado, se ha sumado al debate. Las cifras anunciadas recomiendan cambiar la ley para poner el freno al escándalo.
Esta vez, indudablemente, los congresistas se han adelantado a las quejas de sus votantes. «Simplemente no es aceptable», escribía esta semana en un texto para la web Politico el senador independiente de Vermont Bernie Sanders, miembro del comité de Sanidad. Los directivos de grandes instituciones financieras no deberían estar recibiendo primas, sino ser despedidos.
Esas compañías necesitan nuevo liderazgo, más preocupado por invertir en una economía productiva para beneficio de los estadounidenses que por los beneficios a corto plazo.
De momento, los políticos pierden la partida. Si Goldman Sachs, por ejemplo, continúa el mismo ritmo de enero a junio, sus directivos tendrán una compensación anual media de 544.000 euros, más que en el 2008 pero, también, más que en el 2007, el último año en que la crisis no había estallado.